19 / 06 / 2019

¿Fue el break dance la llave de entrada del hip hop a Colombia?


Por David Jáuregui Sarmiento
David Jáuregui Sarmiento
19 / 06 / 2019
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El hip hop, tanto el género como la cultura, tiene más de tres décadas de estar presente en Colombia. Se trata de un movimiento que "como un pulpo ya extendió sus brazos por todo el territorio", en palabras de Jhon Freddy Cepeda, más conocido como Zkirla, uno de los mayores conocedores de la cultura hip hop en Colombia, investigador y promotor cultural.

De la llegada del hip hop no solamete quedó la música Rap, el turnabilismo - en el que se hace scratch con tornamesas y vinilos- y el graffiti, sino también el break dance, una forma de baile que simula una batalla entre rivales de diferentes barrios, parches o ciudades, pero que, en vez de usar violencia para decidir el victorioso, la disputa se hace a través de los mejores movimientos en la pista de baile.

En la serie 'Danza Colombia - Trayecto urbano', este baile es uno de los protagonistas junto con la danza contemporánea y la salsa, pues se tratan de expresiones del baile que se practican en las principales ciudades del país.

'Danza Colombia - trayecto urbano'

Danza Colombia - Trayecto urbano

Imagen de 'Danza Colombia - Trayecto urbano'

Pero el break dance tiene un papel insospechado en la llegada del hip hop a estas latitudes, pues de acuerdo con los expertos, así como el disc jockey (DJ) le abrió el camino al hip hop en el mundo para después darle paso a los MC’s (Maestros de Ceremonia, cantantes de rap), el break dance fue uno de los elementos del hip hop que cumplió el rol de abrirle las puertas al género en Colombia.

La cultura de los cuatro elementos, explican Zkirla y Blackstar, miembros del colectivo de hip hoppers Indígena Rockers, llegó a las ciudades colombianas a través de dos canales: el primero, los puertos como Buenaventura, a donde llegaban los cassettes (tapes) y vinilos (discos de acetato) que traían ciudadanos norteamericanos; y el segundo, los "internacos" o Internacionales, ciudadanos colombianos que salían del país por breves períodos de tiempo y, fascinados con la cultura naciente en Estados Unidos, trajeron videos y música a su regreso.

El hip hop es una cultura fuerte, aquí y en todos lados, porque es una forma de vida, una forma de pensar y de actuar, una filosofía que ha servido a muchos para alejarse de caminos de vida peligrosos enfocando las energías, en el arte, en la expresión del cuerpo y la mente.

Blackstar, miembro de Indígena Rockers

“A Bogotá, por ejemplo, llegó por gente de barrios como Las Cruces, Calvo Sur, Antonio Nariño y 20 de Julio, que se iban a Estados Unidos a trabajar en actividades no muy legales a comienzos de los 80, duraban allá uno o dos años, y cuando volvían llegaban ya con el tema de las pintas, los cassettes, etc. y también quienes tenían la posibilidad de viajar para conocer hicieron su aporte. Por el Pacífico, por medio de los curiosos de la música, intercambiaban información con personas que venían en los barcos que provenían de Norteamérica”, explica Zkirla, quien se acerca a los 40 años de edad y conoció el género desde sus primeros inicios en el país.

Pero de forma oficial, agregó el rapero, una película sobre el break dance fue el detonante que enamoraría definitivamente y de una vez por todas a las juventudes de los barrios y las calles del país con el hip hop.

“Esas películas tuvieron aquí distribución y proyección en algunos teatros de Bogotá y Medellín, a mediados de los 80. Muchos de los que fueron a ver Breakin’ (1984) quedaron encantados con ese nuevo ritmo, el baile, la nueva estética, y a partir de allí decidieron empezar a averiguar mucho más”, agrega Cepeda.

Es probable, cuenta Blackstar y Zkirla, que cuando se vieron esos videos por primera vez en el país no se supiera que se trataba de una cultura llamada hip hop, sino que sencillamente fueron flechados con el movimiento.

 

 

Algunos de esos personajes fueron William González, conocido como Red Pollo, un B-boy (balarín de break dance) que fue profesor para muchos de los que expandirían la ola de los cuatro elementos en Bogotá y el resto del país. También se escucha hablar de pioneros como DJ Fresh, Omar Bam Bam, ‘Profe Pacho’, la gente de La Etnnia y Gotas de Rap, la gente de los New Rappers Breakers e incluso Caoba Nikel, hoy en día más conocido por su nombre, Elkin Córdoba, parte del elenco de la serie de televisión ‘El Cartel de los Sapos’. Córdoba fue el primero en tener el primer programa de radio especializado en hip hop en Colombia, y se llamaba ‘Reino Clandestino’.

CAOBA NIKEL

Caoba Nikel, pionero del hip hop en Colombia

En Medellín, afirma Zkirla, fueron Rulaz Plazco y Laberinto ELC, entre otros, quienes fueron también pioneros que empezaron a esparcir el movimiento en esa parte del interior colombiano.

"El hip hop es una cultura fuerte, aquí y en todos lados, porque es una forma de vida, una forma de pensar de actuar, una filosofía que ha servido a muchos para alejarse de caminos de vida peligrosos, enfocando las energías en el arte, en la expresión del cuerpo y la mente.

No en vano, es una cultura que se vive en las calles, detrás de los colegios, en los parques, en las avenidas, en el contacto con la realidad", explica Blackstar, uno de los primeros miembros de Indígena Rockers, un grupo que tiene artistas en los cuatro elementos de la cultura en varias partes del mundo representando al país, y cuya proyección internacional surgió directamente desde la localidad de Kennedy, al suroccidente de Bogotá.

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En la actualidad, aunque el género todavía sufre algunos señalamientos injustos que perjudican su imagen, y pese al talento local no ha despegado a nivel industrial en sus debidas proporciones, la cultura hip hop recibe cada año más de 30.000 asistentes al Hip Hop Al Parque, un evento con reconocimiento internacional y una de las plazas más importantes del mundo para raperos de todas las nacionalidades.