Santa Marta no solo es cuna de historia por su antigüedad, su belleza natural o su rol en la independencia de América Latina.
También ha sido tierra fértil de mujeres valientes, poderosas y visionarias que han dejado huella en la política, la cultura, el arte, la justicia social y la educación. En el marco de los 500 años de la ciudad, es imprescindible recordar y exaltar a algunas de estas mujeres que, desde la Perla del Caribe, ayudaron a cambiar el rumbo del país.
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Gina Potes: la resiliencia que encarna a la mujer samaria
Samaria y sobreviviente de un ataque con ácido en 1996, Gina se convirtió en símbolo nacional de la lucha contra la violencia de género. Su activismo fue determinante para que el Congreso aprobara la Ley 1773 de 2016, conocida como “Ley Natalia Ponce de León”, que castiga con severidad los ataques con agentes químicos. Hoy continúa dando testimonio de esperanza y transformación.

Matilde Maestre Rivera: luchadora incansable
Lideresa afrodescendiente del Magdalena, Matilde ha trabajado durante décadas por el reconocimiento de los derechos de las comunidades negras, palenqueras y raizales del Caribe colombiano. Como activista y gestora cultural, ha promovido procesos de reparación histórica, memoria colectiva y equidad racial. Fue una de las voces principales en la Comisión Preparatoria del Quinto Centenario de Santa Marta, exigiendo una conmemoración inclusiva y crítica.

Mercedes Pérez: fuerza samaria que levanta el nombre de Colombia
Desde las cálidas tierras de Santa Marta ha surgido una de las grandes figuras del deporte colombiano: Mercedes Pérez, una mujer cuya fortaleza física solo es comparable con su disciplina, constancia y orgullo por sus raíces.
Campeona mundial juvenil de halterofilia, Mercedes no solo ha conquistado podios, sino también corazones. Su trayectoria ha brillado en escenarios continentales, donde ha sido monarca en múltiples competencias, y su esfuerzo la llevó a alcanzar un diploma olímpico en los Juegos de Río 2016, dejando en alto la bandera de Colombia y el espíritu luchador de la mujer samaria.

Taliana Vargas: elegancia samaria que conquistó el mundo
Entre las mujeres que han llevado con orgullo el nombre del Magdalena a lo más alto, destaca Taliana Vargas, quien en 2008 se convirtió en Virreina Universal de la Belleza en el certamen de Miss Universo.
Con su carisma, inteligencia y elegancia, Taliana dejó en alto la esencia de la mujer samaria: fuerte, auténtica y profundamente conectada con sus raíces. Su participación no solo mostró al mundo la belleza del Caribe colombiano, sino también su talento y sensibilidad social, que ha seguido cultivando en distintos ámbitos.

Rita Fernández Padilla y Las Universitarias: pioneras del vallenato femenino
Hablar de la historia del vallenato es hablar también de Rita Fernández Padilla, una mujer samaria que desafió las normas de su época para abrir camino con su voz, talento y valentía en un género dominado por hombres. Compositora, pianista y guitarrista, Rita nació en Santa Marta el 21 de junio de 1946 y desde muy joven mostró un profundo amor por la música.
En 1968, junto a Las Universitarias, se presentó por primera vez en el Festival de la Leyenda Vallenata, marcando un hito en la historia del folclor nacional. Dos años más tarde, en 1970, grabaron su primer disco, convirtiéndose en un verdadero acontecimiento cultural: por primera vez, un grupo de mujeres irrumpía con fuerza y talento en los escenarios vallenatos.
Rita Fernández no solo abrió puertas, derribó muros. Su legado es inspiración pura para nuevas generaciones de artistas, y su música, un himno a la libertad de expresión femenina en el corazón del vallenato.

Santa Marta: territorio de mujeres con legado
Estas cinco mujeres son apenas un reflejo del inmenso aporte femenino a la historia samaria. Detrás de cada lucha, ley, canción, poema o acto de resistencia, hay miles de mujeres campesinas, indígenas, afrodescendientes, urbanas, activistas, que han transformado esta ciudad desde lo cotidiano y lo colectivo. Recordarlas es sembrar memoria viva para los próximos 500 años.