Armero: así fue la histórica visita del papa Juan Pablo II tras la tragedia del Nevado del Ruiz
Armero: así fue la histórica visita del papa Juan Pablo II tras la tragedia del Nevado del Ruiz
13 / 11 / 2025

Armero: la visita del papa Juan Pablo II consoló el dolor de una nación herida


Por Tomás Pianeta
Tomás Pianeta
13 / 11 / 2025
Armero: así fue la histórica visita del papa Juan Pablo II tras la tragedia del Nevado del Ruiz
0

En Armero, 40 años después de su tragedia, la visita del papa Juan Pablo II sigue siendo uno de los gestos humanitarios y espirituales más recordados por los sobrevivientes y por el país. Su llegada al territorio devastado representó consuelo, solidaridad y una atención mediática sin precedentes para Colombia.

Armero y la visita del papa Juan Pablo II

Armero: la tragedia que conmovió al mundo y preparó la llegada del papa Juan Pablo II

La tragedia de Armero, ocurrida el 13 de noviembre de 1985 tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz, dejó una de las heridas más profundas en la historia de Colombia. La avalancha que sepultó al municipio se llevó consigo la vida de casi 25.000 personas y generó un impacto emocional, social y mediático global. Las imágenes de lodo, silencio, dolor y desesperación recorrieron el mundo, convirtiendo a Armero en un símbolo universal de vulnerabilidad y duelo.

En medio de este panorama, la visita del papa Juan Pablo II, realizada el 6 de julio de 1986, se convirtió en un acto de consuelo espiritual que marcó profundamente a los sobrevivientes. Su presencia en Armero fue un momento de recogimiento nacional y una señal de que el mundo no había olvidado a las víctimas.

Puedes leer: Armero: una dura realidad a 4 décadas de la tragedia

La importancia histórica: Armero y la segunda visita de un papa a Colombia

La presencia de Juan Pablo II en Armero fue significativa no solo por el contexto trágico, sino también porque representó la segunda visita de un papa a territorio colombiano. La primera ocurrió en 1968, cuando el papa Pablo VI asistió al 39º Congreso Eucarístico Internacional en Bogotá, convirtiéndose en el primer sumo pontífice en visitar América Latina.

Dieciocho años después, Juan Pablo II regresó la atención del Vaticano hacia Colombia, esta vez para encontrar un país de luto. La tragedia de Armero transformó lo que pudo ser una visita protocolaria en un gesto profundamente humano y pastoral.

“Un pueblo que sufre”: cómo fue la visita del papa Juan Pablo II a Armero

El papa Juan Pablo II llegó a Armero en helicóptero, sobrevolando primero la zona para observar la magnitud de la destrucción. Desde el aire, contempló el paisaje arrasado: una extensión de barro seco, estructuras desaparecidas y árboles arrancados por la avalancha. Al descender, su rostro reflejaba conmoción y silencio.

Armero después de la tragedia

A pesar del dolor, miles de personas, entre sobrevivientes, rescatistas, autoridades y familias que aún buscaban a sus seres queridos, se reunieron alrededor del pontífice. Lo que se vivió fue una mezcla de llanto, esperanza y alivio. Muchos vieron en su llegada una forma de homenaje para quienes no pudieron despedir.

El gesto que marcó la memoria

Juan Pablo II se arrodilló frente a la tierra donde estuvo el casco urbano de Armero. Allí oró por varios minutos en completo silencio. Fue un acto simple, pero profundamente simbólico: un reconocimiento al sufrimiento humano y a la fragilidad de la vida. Luego, bendijo a los sobrevivientes, a los cuerpos aún desaparecidos bajo el lodo y a los voluntarios que continuaban en las labores de rescate.

 

Palabras que quedaron grabadas

El papa pronunció entonces uno de los discursos más recordados en su paso por el país:

En esta tierra herida reposa la fe y la esperanza de un pueblo que no se rinde.

Sus palabras fueron transmitidas por cadenas nacionales e internacionales, llevando la imagen del lugar devastado y el mensaje de consuelo a todo el mundo.

Juan Pablo II junto a víctimas de Armero

Duración y actividades

La visita en Armero fue breve, de aproximadamente dos horas, pero llena de significado. Juan Pablo II recorrió parte del terreno a pie, bendijo imágenes religiosas recuperadas entre los escombros, se reunió con familiares de víctimas y ofreció una misa campal en medio de la desolación.

Para muchos, fue el primer acto público de duelo colectivo que permitió iniciar un proceso de sanación emocional.

Armero: el impacto emocional, social y mediático de una visita que aún resuena

La tragedia ya había puesto los ojos del mundo en Armero, pero la visita del pontífice reforzó la dimensión humana del desastre. Los medios internacionales registraron cada momento, resaltando a Colombia como un país golpeado, pero unido en la resiliencia.

Socialmente, la presencia del papa dejó tres grandes impactos:

  1. Consuelo espiritual: proporcionó un espacio de dolor compartido y esperanza en medio del colapso emocional.
  2. Visibilización internacional: la tragedia volvió a ocupar titulares globales, impulsando ayudas humanitarias posteriores.
  3. Reconstrucción simbólica: su visita transformó el territorio de Armero en un lugar de memoria y reflexión, más allá del desastre.

Incluso hoy, 40 años después, su presencia sigue siendo recordada como uno de los gestos más significativos hacia una comunidad destruida, pero nunca olvidada.