Con la gran cantidad de películas producidas por Hollywood y estrenadas en las salas de cine del país es común que nombres de actores como Leonardo Di Caprio, Tom Hanks o Brad Pitt suenen más campanas que nombres como el argentino Ricardo Darín. Sin embargo, es uno de los pocos latinos que ha dado el salto a las grandes ligas del cine.
Apariciones de renombrados actores latinos como Diego Luna, Gael García Bernal, Benicio del Toro o incluso el colombo estadounidense John Leguizamo en diferentes largometrajes estadounidenses han logrado que los dotes dramáticos de los latinoamericanos hagan ahora parte de la escena filmográfica mundial. Sin embargo, no todos los grandes actores latinoamericanos han dado el salto a las producciones de Hollywood y, aun así, han llegado a destacar en festivales de todo el mundo por la calidad de sus interpretaciones, así como en los Óscar.
Uno de esos actores es el argentino Ricardo Darín. Vale la pena recordar que la película ganadora en 2009 a mejor película extranjera fue protagonizada por él: El secreto de sus ojos (2009).
Si bien el actor y director argentino no ha sido nominado en ninguna ocasión para los premios Óscar, Darín ha recibido premios y nominaciones de prácticamente todos los demás festivales de renombre en el mundo del cine, como los Premios Goya (academia española), Cóndor de Plata (Argentina), Premios Sur (Argentina), Festival de cine de San Sebastián (España) o Festival de Cine de la Habana (Cuba) entre muchos otros reconocimientos. En el caso de los premios del festival de cine de San Sebastián, fue el primer latinoamericano en recibir dicho reconocimiento.
Esto significa que, al menos fuera del cine estadounidense, en la pantalla de Señal Colombia estará tal vez uno de los actores latinoamericanos más destacados del mundo, reconocido en muchas instancias del séptimo arte por su recorrido en la actuación y porque su participación en los largometrajes dotan a las películas de una suerte de humor negro y una amargura propia de los porteños (provenientes de Buenos Aires) pero que, a la vez, están dotados de una melancolía potente que hace que sus personajes atrapen incluso a los espectadores más desprevenidos.
El cine y la actuación de Ricardo Darín
Precisamente, Darín nació en la capital de Argentina, y en una buena parte de sus papeles interpreta a un porteño conflictuado, medio paranoico y malhumorado, pero de buen corazón y decidido a llevar a cabo los cometidos de sus personajes aunque, eso sí, siempre con algo de desdén hacia todo y todos los que le rodean.
Desde su primera película, estrenada en 1972 y titulada He nacido en la ribera, el actor ha permanecido fiel al séptimo arte de su país, salvo por sus participaciones en coproducciones españolas y estadounidenses que han dotado sus interpretaciones de un aire internacionalista que por sí mismo han conseguido algunas de las cintas que ha protagonizado. He nacido en la rivera (1972) está ambientada en Buenos Aires, más específicamente en el Barrio de la Boca, de donde son originarios el equipo de fútbol Boca Juniors y Diego Armando Maradona, tal vez el porteño más reconocido en el planeta.
A partir de su primera aparición en la pantalla grande argentina, Darín participó en al menos dos docenas más de cintas que, a pesar del escaso -o nulo- reconocimiento que recibieron por festivales y academias de cine, le abrieron camino a una racha de éxitos en su filmografía que empezó en 1999, con la comedia romántica El amor mismo, la misma lluvia (1999), dirigida por quien sería el director de la ganadora del Óscar El Secreto de sus ojos (2009): Juan José Campanella.
Previa a esta primera colaboración con Campanella, participó en largometrajes como La Rabona (1979), La canción de Buenos Aires (1980), El desquite (1983),Expreso a la emboscada (1986), Perdido por perdido (1993), entre otras.
Tras su aparición en El amor mismo, la misma lluvia, que lo hizo merecedor del premio Cóndor de Plata al mejor actor, Darín empezó a anotarse en producciones en las que sus interpretaciones se hicieron cada vez más sólidas y, apegado a sus caracterizaciones de porteño u argentino amargado ha participado en otras tres decenas de largometrajes.
Dentro de los más destacados están El hijo de la novia (2001), dirigida por Campanella, y por la que recibió el premio a mejor actor en los premios Clarín, Cóndor de Plata y Saint Jordi; El Aura (2005), una coproducción entre España, Argentina y Francia que le dejó el premio ACE (Nueva York) a mejor actor, así como en los premios Clarín y Cóndor de plata de ese mismo año. En El Aura, Darín hace nuevamente alarde del aire de un hombre reservado y taciturno que, en su imaginación, planea y ejecuta crímenes perfectos milimétricamente planificados.
Otra de sus apariciones que, aunque poco reconocidas no deja de ser significativa, es en el largometraje dirigido por Lucía Puenzo, XXY (2007), una cinta desbordantemente humana en la que el actor argentino representa a un porteño, padre de una adolescente intersexual, que traslada a su familia a una rivera alejada en la frontera con Uruguay, con el fin de que su primogénita pueda llevar una vida aparentemente normal sin los prejuicios que conllevan en nuestras sociedades una condición como el síndrome de Klinefelter, que le fue diagnosticado a su hija cuando nació, que no es otra cosa que una persona que tiene un cromosoma sexual más de lo habitual (y por eso el título de la película).
Sin embargo, el momento cumbre de Darín llegaría con El secreto de sus ojos, un apasionante thriller argentino en el que el actor interpreta al agente judicial Benjamín Espósito, y que mezcla la investigación de un crimen sin resolverse del todo junto con el amor casi imposible y aplazado por años entre Espósito y la jefa del departamento judicial Irene Menéndez-Hastings. Esta película, la segunda argentina en recibir un Óscar después de La historia oficial (1985).
Más adelante, Ricardo Darín participará en Un cuento chino (2011), Relatos Salvajes (2014) y Truman (2015), que recibieron buena acogida fuera de Argentina. Los tres largometrajes son comedias, y en cada una Darín dará lo mejor para demostrar que aún cuando alguien no pueda hacer más para controlar sus nervios, la vida empuja hasta ceder y cambiar para bien o para mal.
En Un cuento chino el actor personificará, nuevamente, un nativo de Buenos Aires que por accidente dará con un ciudadano chino, con el que tendrá que iniciar una aventura que será para él tanto fastidiosa como reveladora sobre sí mismo. Sin embargo, en Relatos Salvajes, aunque Darín hace parte de un acervo de personajes que han perdido por una u otra razón los estribos, es una de sus interpretaciones más memorables. En la película el actor pierde la cabeza por culpa de las autoridades de tránsito, de las que se vengará haciendo estallar todo el parqueadero de vehículos decomisados de Buenos Aires. El personaje, por su venganza, será conocido en la película como el “bombita”, y fue tan hilarante su interpretación y tan bien llevada que su cuenta de twitter oficial tiene como usuario @BombitaDarín.
Más recientemente, por su participación en Truman (2015) y su interpretación de Julián, parte de una dupla de amigos que junto con Tomás (interpretado por el actor español Javier Cámara), Darín se hizo una vez más con el máximo reconocimiento a la actuación de la academia española (Goya) y el prestigioso Festival de Cine de San Sebastián, también celebrado en el país ibérico.