El impacto del narcotráfico en Colombia ha sido tan profundo que, inevitablemente, ha generado toda una ola de narrativas en la ficción. Incluso, por fuera de nuestras fronteras, las historias relacionadas con esa industria ilegal han resultado tan cautivantes que han llegado a Hollywood.
La película Sumas y restas (2005), dirigida por el cineasta antioqueño Víctor Gaviria, es una de las primeras muestras de estas narrativas en el cine, pero la génesis de las historias sobre el narcotráfico y sus protagonistas está mucho más atrás en el tiempo, y se remonta a los años 80, en pleno auge del narcotráfico colombiano.
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Sinopsis de Sumas y Restas
Sumas y Restas se ambienta en la ciudad de Medellín, en pleno auge de los carteles de la droga.
Allí nos encontramos con Santiago, un ingeniero casado de clase media que enfrenta serios problemas financieros, los cuales lo conducen al mundo del narcotráfico. Es así que Santiago, a través de un amigo de la infancia conocerá a Gerardo, el dueño de un taller de mecánica que se dedica al tráfico de cocaína.
Pronto, Santiago, fascinado por el ambiente de fiestas decadentes, drogas y mujeres fáciles, se verá atrapado en una vorágine de dinero aparentemente fácil, narcotraficantes y sicarios.
Como consecuencia, poco a poco su situación familiar y profesional se irá deteriorando hasta verse esclavo de una espiral de violencia sin salida.
De la "sicaresca" a las sumas y restas del narcotráfico en el cine
De acuerdo con Pedro Adrián Zuluaga, crítico de cine y autor de los libros Literatura, enfermedad y poder en Colombia: 1896-1935 y Cine colombiano: cánones y discursos dominantes, para hablar del narcotráfico en el cine antes de Sumas y restas o El Rey (2005) tendríamos que hablar del largometraje Colombia connection, de Gustavo Nieto Roa.
"Ahí tenemos un antecedente previo al cine sobre narcotraficantes, casi 25 años antes de 'Sumas y restas'. De hecho, esta película es justamente el resultado de fenómenos culturales que empezaron muchos años antes. Es muy curioso que en la película esté Virginia Vallejo, considerando su relación con Pablo Escobar", explicó Zuluaga.
Artículo → El universo de Víctor Gaviria
Para Zuluaga, esta tendencia de las películas sobre los narcotraficantes está inscrita en otros largometrajes e historias de un mercado cultural que empezó con películas como Rodrigo D no futuro (1990), que si bien no trataba directamente el tema del tráfico de drogas, ya se estaba fijando en la violencia urbana que se vivía en Medellín producto de dicho negocio así como de las condiciones sociales.
Rodrigo D no futuro (1990)
"No nacimos pa semilla, el texto de Alonso Salazar sobre esta violencia en Medellín y sobre las bandas, e incluso el documental de Víctor Gaviria Yo te tumbo tu me tumbas (1991), entre otras obras, son las que empiezan un mercado cultural que Héctor Abad Faciolince denominó la "sicaresca", narrativas sobre sicarios, en donde estos se mezclaban entre sicarios y pícaros, como derivación del género picaresca española pero a nuevas condiciones contemporáneas colombianas y especialmente en Medellín", aseguró Zuluaga.
Es a partir de allí que las narrativas sobre los narcotraficantes pululan en Colombia, y aparecen historias como Rosario tijeras, novela de Jorge Franco que eventualmente fue adaptada al cine. Y todo esto, junto con todo un movimiento documental sobre la vida en las ciudades colombianas relacionadas con el narcotráfico, desencadenó en películas como Sumas y restas o El Rey, de José Antonio Dorado, y que incluso fue elegida por Colombia para a participar en los premios Óscar como mejor película extranjera.
Tráiler de la película El rey (2005)
"Estas dos películas son el resultado de toda una narrativa que llevaba 20 años creándose en el mercado cultural y que después llega a la televisión con las narconovelas. Luego llegaron al mercado internacional cuando por ejemplo Netflix se apropia de estas historias para sus producciones seriadas distribuídas a nivel mundial", agregó Zuluaga.
De esta manera, tanto 'Sumas y restas', como 'El Rey', las narconovelas y narcoseries fueron, de alguna manera, consecuencias inevitables una tendencia cultural que se produjo a partir de la realidad. La padoja, concluyó el experto, es que así como Colombia entró al capitalismo mundial a partir del narcotráfico, así mismo parece condenada a entrar al mercado audiovisual mundial a partir de las historias de los narcotraficantes.
Por eso, no te pierdas esta película, en la que se retratan los orígenes del narcotráfico de los años 80 en Colombia, y que por ello se hizo acreedora a varios reconocimientos en el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), un premio Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, en el Festival de cine Latinoamericano de Toulouse, entre otros destacados festivales de cine.