Entre las montañas de Boavita, un pueblo campesino, conservador y católico del norte de Boyacá, vive María Luisa Fuentes Burgos, una mujer que nació siendo niño y que aprendió a sobrevivir entre el prejuicio y la fe. Su historia, tan dolorosa como poética, se convierte, bajo la mirada del director Rubén Mendoza, en un testimonio sobre la dignidad humana y la capacidad de resistir.
Estrenado en 2017, el documental Señorita María, la falda de la montaña es una de las obras más conmovedoras y necesarias del cine colombiano contemporáneo. Con una cámara íntima, paciente y profundamente respetuosa, Mendoza reconstruye el universo de una mujer que ha enfrentado el rechazo desde su nacimiento y que, a pesar de todo, sigue encontrando luz en los animales, la montaña y sus rituales cotidianos.
Una vida en las faldas del mundo
María Luisa vive entre montañas, en una casa humilde donde el silencio convive con el rumor del viento y el canto de los animales que la acompañan. Su vida parece detenida en el tiempo, pero sus palabras revelan una conciencia aguda del dolor y de la injusticia.
En su historia se cruzan el género, la fe y la violencia familiar, temas que Mendoza aborda sin morbo ni condescendencia, dejando que sea la Señorita María quien narre su propio destino.
Un documental que incomoda y conmueve
Ganadora del Premio Nacional de Largometraje de la Cinemateca de Bogotá (2018) y presentada en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI 2017), Señorita María, la falda de la montaña trasciende lo cinematográfico para convertirse en un acto de memoria.
La película no solo abrió un espacio de conversación sobre identidad de género en contextos rurales, sino que también ofreció una mirada honesta sobre la soledad y la esperanza.
Mira Señorita María, la falda de la montaña gratisen RTVCPlay
Señorita María, la falda de la montaña: más allá de un retrato
La Señorita María no solo representa una historia personal, sino también la de tantas personas que han vivido al margen del reconocimiento. Su falda es su bandera, su fe es su refugio y su vida, un recordatorio de que la ternura también es una forma de valentía.
 
          
 
 






