Ilustración de la panorámica de Santa Marta.
29 / 07 / 2019

Santa Marta, contada por los samarios


Por Sebastián Acosta Alzate
Sebastián Acosta Alzate
29 / 07 / 2019
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En sus casi 500 años de existencia, la ciudad de Santa Marta ha sido inspiración para artistas y contadores de historias inspirados por su pasado, su presente, su ubicación geográfica y, desde luego, por su gente.

Existe una gran diferencia entre contar tu propia historia y que otros la cuenten por ti. Al menos eso se puede palpar en la serie 'Ciudad Pantalla', en la que algunos jóvenes realizadores egresados de cine y audiovisuales de la Universidad del Magdalena exploran distintos lenguajes de la imagen y el sonido para contar historias reales y ficticias que tienen como eje de inspiración Santa Marta.

Dado el talento de los directores y el compromiso de los productores, haremos un recuento de cada uno de los capítulos de esta serie.

El Papi

El sentido creativo de Andrea Méndez la llevó a dirigir este asombroso documental llamado El Papi, el cual relata la vida de un personaje que a sus 34 años busca obtener su cédula tras ocultarse de la autoridad por andar sin documentos en las zonas más inseguras de Santa Marta. Para ello, deberá tomar decisiones certeras frente a su pasado, su género y familia, pues más allá de un papel, anda buscando su identidad en el mundo.

Control Z

Si tuvieras la oportunidad de tomar una pastilla para el olvido, ¿qué borrarías de tu mente? Es una de las tantas preguntas que Jehisel Ramos y Eri Pedrozo logran provocar tras la dirección de este cortometraje animado, donde Santa Marta inspira la creación de una ciudad antigua que limita con el mar y allí un régimen dominante reparte una pastilla para el olvido llamada Control Z.

Esperando el milagro

Cerca de Cartagena murió un sacerdote quien en vida le dijo a su amada que no lo enterrara porque iba a resucitar. Ya pasada una semana, el cuerpo empezó su proceso de descomposición y ella no pudo seguir ocultándolo, pues los vecinos llamaron a la policía y se llevaron el cuerpo.

Tras semejante acontecimiento, Jhon Robert decide crear el cortometraje de ficción inspirado en hechos de la vida real que dividió a un pueblo entre creyentes y opositores a un falso profeta. Un policía tendrá que mediar y restablecer el orden a como dé lugar.

El quimérico espectáculo de los Bizzanelli

Tras un largo proceso de búsqueda personal y autoconocimiento, Omar Ospina, director de este cortometraje de ficción, busca alejarse de los exteriores y aprovechar los espacios cerrados y coloridos para contar la historia de una familia con una ilusión de llegar al éxito casi perdido, pues siempre se están preparando para un show que en realidad es su propio drama diario pero cómico.

La ciudad y los fantasmas

Esta serie animada dirigida por David Paternina, se puede apreciar a través del maping (mapeo) en el espacio público, donde de repente aparecen fantasmas no solo de forma visual en las fachadas, sino también sonora, convirtiendo la ciudad y su arquitectura en una gran pantalla.

Dichos fantasmas corresponden al terreno de la tradición oral, tales como la llorona, la patasola, la candileja, el silbón, la madremonte y el mohán, que salen del imaginario común y van en busca de transeúntes indiferentes a la problemática social colombiana, pues todas estas leyendas se convierten en víctimas de la violencia y tratan a toda costa en su relato que sus historias no sean repetidas.

Ciudad Pantalla

La espera

Dirigido por Yenny Machado, relata una historia de ficción que surge de una realidad bastante impactante, pues ella conoció a Armando y Robert, personajes principales de la historia, internándose en un hospital de personas inimputables por haber cometido delitos siendo enfermos psicológicos y hasta psiquiátricos.

Ambos llevan años en tratamiento y cuentan lo difícil que es la vida allí, aún así, entre los mismos compañeros intentan llevar los días más llevaderos jugando fútbol, cantando y con juegos de mesa mientras esperan que sus familiares algún día aparezcan.

Ciudad Pantalla

Palomo

Dirigida por Edgar Deluque en un tiempo de reflexión sobre la cotidianidad de su barrio, empezó a estructurar la historia de Palomo, inspirado en los recuerdos de su niñez, cuando los burros cargueros pasaban con mandados, mercados o simplemente llevando gente.

Así es como la relación de las personas con los burros le hizo pensar en un cortometraje que lograra reivindicar el animal que ayudó a construir Santa Marta y conectar pueblos aledaños. Palomo entonces, se convierte en un protagonista fiel a su dueño que lo hace pasar las duras y las maduras.