Simón Bolívar: el verbo vivo de la libertad en América Latina
Simón Bolívar: el verbo vivo de la libertad en América Latina
22 / 07 / 2025

Simón Bolívar: el verbo vivo de la libertad en América Latina


Por Tomás Pianeta
Tomás Pianeta
22 / 07 / 2025
Simón Bolívar: el verbo vivo de la libertad en América Latina
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Cada 24 de julio, América Latina conmemora el natalicio de uno de sus más grandes hijos: Simón Bolívar, el Libertador. Más allá de las hazañas militares que lo llevaron a liberar a cinco naciones del yugo colonial español, Bolívar fue un pensador profundo, un estratega político y un visionario que soñó con una América unida, libre y justa.

Su vida fue breve (murió a los 47 años), pero su legado es eterno. En sus discursos, proclamas y cartas encontramos no solo el pulso de su tiempo, sino principios que siguen siendo brújula para los desafíos actuales de nuestra región.

 

Representación pictórica de Simón Bolívar firmando el acta de independencia.

Palabras que fundan naciones

A través de frases contundentes, Bolívar expresó la esencia de su ideario político, social y moral. Su pensamiento no fue solo el de un guerrero, sino el de un reformador convencido de que sin educación, justicia y libertad no puede haber república ni dignidad.

“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. Con esta afirmación, Bolívar deja claro que la emancipación verdadera no reside solo en la independencia política, sino en la formación de ciudadanos críticos. La educación, para él, era el motor de la libertad.

En una advertencia que sigue teniendo eco en contextos de autoritarismo, dijo: “Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos.” Su defensa de la separación de poderes y del control sobre el poder ejecutivo fue una constante preocupación. Bolívar temía que la libertad recién conquistada se disolviera en nuevas formas de tiranía.

 

El sueño de la Gran Colombia y la unión de los pueblos

Una de sus frases más potentes es también una de las más esperanzadoras:

La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino.

Este pensamiento resume su mayor ambición: una América unida, federada, capaz de defender su soberanía frente a las potencias extranjeras y de construir un futuro común entre naciones hermanas. Aunque su sueño de la Gran Colombia no sobrevivió, su visión sigue inspirando ideales integracionistas.

 

La ética como base de la república

“Moral y luces son nuestras primeras necesidades”, decía con contundencia. Bolívar entendía que una república sin principios éticos, sin un sentido de lo justo y lo humano, estaba condenada a fracasar. La educación moral debía ir de la mano con la ilustración de los pueblos.

También fue claro al afirmar que:

El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.


Una visión avanzada para su tiempo, que hoy podemos leer como un llamado a los estados para garantizar bienestar y justicia social, no solo libertad formal.

 

Bolívar hoy: entre la memoria y la resistencia

En tiempos de violencia, desigualdad y crisis democrática, las palabras de Bolívar vuelven como un eco necesario. “Maldito el soldado que vuelva las armas contra su pueblo” es una denuncia contra el uso de la fuerza estatal para reprimir a la ciudadanía, y sigue resonando cada vez que las protestas sociales son respondidas con represión.

Finalmente, su frase: “La libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del universo” representa la dimensión utópica y transformadora de su pensamiento. Bolívar no solo quiso emancipar territorios, sino reinventar la historia misma de la humanidad desde el sur del continente.

 

Legado vivo

Simón Bolívar no es solo una estatua o un nombre en escuelas y avenidas. Es una fuerza viva en el pensamiento político de América Latina. Sus palabras no han envejecido; nos interpelan con la misma fuerza con la que fueron pronunciadas hace más de dos siglos. En ellas habita el espíritu rebelde, visionario y profundamente humano de un hombre que soñó con pueblos libres, educados y solidarios.

Hoy, a 241 años de su nacimiento, el verbo de Bolívar sigue siendo semilla de resistencia y esperanza.