El 7 de agosto de 1819 no solo es una fecha en el calendario: es la culminación de una gesta que cambió para siempre el destino de lo que hoy conocemos como Colombia. Ese día, hace 206 años, se libró la Batalla de Boyacá, considerada el punto de quiebre definitivo en el proceso de independencia del dominio español en el antiguo Virreinato de la Nueva Granada.
Cada año, esta fecha se convierte en una oportunidad para rendir homenaje a quienes lucharon por la libertad, pero también para recordar que la independencia fue un proceso largo, complejo y lleno de sacrificios. No fue un acto único, sino una cadena de batallas, decisiones políticas, movimientos civiles y esperanzas compartidas.

7 de agosto, la ruta hacia la libertad: mucho más que una sola batalla
Aunque la Batalla de Boyacá es el símbolo más poderoso de la emancipación, no fue el primer enfrentamiento ni el último. La independencia fue forjada en varias etapas, con momentos clave que marcaron el camino:
- El Grito de Independencia (20 de julio de 1810): Este fue el primer paso simbólico hacia la ruptura con el régimen español. En Santa Fe (hoy Bogotá), los criollos reclamaron la autonomía del gobierno, dando inicio al periodo conocido como la Patria Boba, caracterizado por tensiones internas entre federalistas y centralistas.
La Campaña Libertadora (1819): Liderada por Simón Bolívar, este movimiento militar fue decisivo. Inició en los Llanos del Casanare, cruzó los Andes por el Páramo de Pisba, y culminó con una serie de enfrentamientos fundamentales:
Batalla del Pantano de Vargas (25 de julio de 1819): Fue una victoria crucial que permitió al ejército libertador tomar ventaja estratégica. Aquí destacó el valor del coronel Juan José Rondón, cuya famosa frase “¡Coronel, Rondón no ha peleado todavía!” es hoy símbolo de entrega y coraje.
Batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819): Marcó la derrota del ejército realista, obligando a los españoles a abandonar Bogotá. Esta victoria selló el control patriota sobre el centro del virreinato y consolidó la independencia de facto del territorio.
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El legado de la independencia
Tras Boyacá, la lucha continuó en otras regiones del continente. La victoria sirvió de impulso para la independencia de Venezuela, Ecuador y Perú, en un proyecto panamericano liderado por Bolívar. Así nació la Gran Colombia, una de las primeras expresiones de unión continental en América Latina.
Más allá de lo militar, la independencia abrió paso a un largo y complejo proceso de construcción de nación. Aún hoy, Colombia continúa enfrentando desafíos relacionados con la equidad, la justicia y la inclusión, objetivos por los que también lucharon muchos de los hombres y mujeres de aquella época.
Conmemorar para no olvidar
Recordar el 7 de agosto no es solo un acto de nostalgia o ritual patriótico. Es una oportunidad para repensar el país que queremos, a la luz de aquellos ideales de libertad, soberanía y dignidad. Las batallas de la independencia fueron físicas, sí, pero también éticas y simbólicas. Fueron luchas por el derecho a decidir, a ser reconocidos y a construir un destino común.
Hoy, más de dos siglos después, esa tarea sigue vigente.