Duitama fue, el fin de semana pasado, la capital del tatuaje en Colombia con la realización de su última edición del Boyacá Tattoo Festival, un evento que completó ocho años de historia y que se ha consolidado como uno de los encuentros más importantes del arte corporal en el país.

Con más de 120 artistas del tatuaje provenientes de países como Estados Unidos, Cuba, Brasil, Chile, Ecuador, Argentina, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Colombia, el festival ofreció un escenario diverso donde convergen estilos, técnicas y miradas sobre una práctica que hoy es reconocida como expresión cultural y artística.
El público pudo recorrer más de 65 stands, en los que no solo se encontraron con la realización de tatuajes en vivo, sino también con una amplia oferta de accesorios, mercancía y gastronomía, en un ambiente que celebró la creatividad, la libertad y la diversidad desde el corazón de Boyacá.
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El tatuaje en Colombia: de la marginalidad al reconocimiento cultural
Hace apenas unos años, el tatuaje era visto con prejuicios y estigmas en gran parte de la sociedad colombiana, asociado a la rebeldía, la ilegalidad o la marginalidad. Sin embargo, en los últimos años, el panorama ha cambiado radicalmente: cada vez más jóvenes, adultos e incluso adultos mayores eligen el tatuaje como forma de expresión personal, identidad y memoria.
Hoy, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga cuentan con una creciente oferta de estudios especializados y con ferias que, como el Boyacá Tattoo Festival, han contribuido a profesionalizar y visibilizar esta práctica. Estos espacios no solo exhiben talento nacional e internacional, sino que también han impulsado el debate sobre el tatuaje como derecho cultural vinculado al libre desarrollo de la personalidad.

Boyacá Tattoo Festival: más que tinta, libertad y comunidad
El Boyacá Tattoo Festival es más que una convención artística: es un espacio de encuentro comunitario donde el tatuaje se entiende como un lenguaje que une historias, territorios y generaciones. Cada edición ha reafirmado la importancia de proteger y valorar estas manifestaciones en un país que, con más fuerza, reconoce el derecho a expresarse a través del cuerpo.
La práctica del tatuaje ha dejado de ser un acto solitario para convertirse en un fenómeno colectivo y cultural, que hoy se celebra en Boyacá con una cita imperdible para amantes del arte y la libertad.