Amélie, película dirigida por el francés Jean-Pierre Jeunet, es considerada una de las películas francesas más importantes de toda su historia cinematográfica, no solo por los millones de espectadores a nivel mundial, sino porque se ha convertido en un largometraje de culto. Aquí revelamos como parte de su magia radica en el manejo de cámara.
Con un guion magnífico escrito por el mismo Jeunet y apoyado para la creación de los diálogos por el escritor galo Giulliaume Laurant, que los hizo acreedores a la nominación a mejor guion en los premios Óscar en el mismo año de su estreno, esta cinta a pesar de no ganar galardón alguno de la Academia es una de las cintas francesas más recordadas y hasta la aparición de Amigos intocables (2012) fue la película de habla francesa con más espectadores en taquilla. El guion, para consuelo de Laurent y Jeunet, sí fue ganador de los premios Bafta (de la Academia Británica), así como en los César (de la Academia Francesa) a mejor guion, diseño de producción, mejor película y mejor dirección, entre otros reconocimientos.
De la misma forma, Amélie también se hizo acreedora a la nominación de la Academia Estadounidense en los premios Oscar a mejor fotografía, debido a una extraordinaria composición de planos y el manejo de cámara que se sintonizan con la narración del largometraje, y sin el que tal vez no habría tenido el éxito que alcanzó la cinta.
El largometraje de Jeunet es un magnífico ejemplo para observar movimientos drásticos de cámara a lo largo de toda la cinta, así como de una composición meticulosa y deliberadamente entregada a la simetría, en la que los puntos de fuga y la cámara en movimiento juegan un papel fundamental como apoyo de la narración y la intención de las escenas. La protagonista, interpretada por Audrey Tautou, es una camarera que ha vivido en soledad desde que era apenas una niña y la película describe como decide cambiarla a través de ayudar a los demás con pequeños gestos.
Una de las principales características de la composición en los planos de este largometraje es el uso del punto de fuga en el centro del screen, o del cuadro, para hacer una simetría minuciosa del centro del encuadre hacia afuera. Jeunet, con bastante astucia, logró que a lo largo de la historia se hiciera constante una composición en la que los personajes, apoyados por la descripción en voz en off del narrador omnipresente, resultaran encuadrados en un primer plano frontal y en los que el centro del cuadro encaja a la perfección con la nariz de los personajes centrales en la vida de la protagonista, como por ejemplo su padre Raphaël Poulain, su madre Amandine Poulain y la misma Amélie.
En varios de los cuadros logrados de la mano del director de fotografía Bruno Delbonnel y Jeunet, además, los usos del punto de fuga al centro del encuadre sirven para caracterizar a los personajes, dejándolos en una posición casi insignificante pero con absoluto protagonismo del encuadre y que, con el movimiento de la cámara, se transforman en el centro de atención del espectador.
Vale la pena recordar que, cada vez que el narrador introduce al público alguno de los personajes principales, sus narices quedan en el centro absoluto del plano, mirando a la cámara, como si quienes ven la película quedaran situados frente a frente con los actores y se vieran frente a frente, con el suficiente detalle y cantidad de tiempo como para identificar las expresiones características de quienes aparecen en el cuadro.
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Sin embargo, dicha composición minuciosa no se limita a la presentación de los personajes, sino también incluye las imágenes que dan cuenta de rasgos de la personalidad de los protagonistas, y que transcurren a medida que se desarrolla la historia. Los planos que describen algunos puntos esenciales de los personajes también están enmarcados en una composición igual de juiciosa con el centro y podemos recordar, por ejemplo, la escena en la que se da cuenta de la incomodidad que genera a Raphaël orinar junto a otro hombre en los baños públicos, o incluso la primera escena en la que aparece Nino, el futuro enamorado de la heroína secreta, Amélie, mientras recoge un fragmento de una foto desechada bajo la cabina de fotografías en el metro de París. De la misma forma, antes de encontrar a Nino, el espectador sigue los pasos de Amélie en un travel que termina centrado en Nino.
Esta característica del trabajo de Jeunet y su equipo quedó debidamente registrado En Amélie - Symmetry & Camera Movement (2016), un video editado por Lessa, una autora que destaca en su producción las técnicas que el director empleó en la película, como la simetría, el movimiento de la cámara y la perspectiva de un punto para dar autonomía a los personajes en Amélie. En el compilado de imágenes de Lessa se puede ver cómo se representó un mundo en constante movimiento que puede ser modificado por el personaje y sus emociones, apoyado justamente de la técnica del uso de la imagen.
Sin embargo, poco hemos dicho hasta el momento del papel clave que juega el movimiento de cámara a lo largo de toda la película. Junto con la minuciosa simetría y el punto de fuga al centro del cuadro, el movimiento de cámara funciona como el tercer pie del trípode que sostiene la belleza en la imagen lograda por Jeunet. Si prestamos atención cuidadosa, por ejemplo, a las situaciones clave en la vida de Amélie, así como en la presentación de los personajes principales, como a las situaciones de la historia de la protagonista, podremos notar que mientras los personajes están estáticos, la cámara es la que guía la mirada del espectador.
De esta manera, justo antes de que el cuadro tenga como eje central la nariz de Amelie, Raphaël y los demás personajes descritos, la imagen se acerca a ellos a través de una técnica conocida como travelling o dolly, de entrada y salida que acerca la cámara hacia el centro de atención de la escena. Dicho movimiento se repite continuamente, y no solo hacia los personajes, sino también horizontalmente (de izquierda a derecha o en sentido contrario) y también desde arriba, en plano cenital y que a termina con los personajes en el centro del encuadre.
Kubrick, uno de los grandes representantes de la simetría
Pero la astucia en el uso de la simetría rigurosa en el encuadre no es patrimonio exclusivo de Jeunet. Es una práctica que ha aparecido frecuentemente en el cine y el director estadounidense Stanley Kubrick es uno de sus principales representantes. La precisión técnica de Kubrick destaca en sus largometrajes y demuestra -junto con Jeunet- que la composición y el manejo de cámara hacen parte estratégica de la narración audiovisual propia del cine.
Si quieres contrastarlo, puedes ver Amélie por Señal Colombia y disfrutar del siguiente video que hace un recorrido por los magníficos logros técnicos de composición de Kubrick.