Emily Dickinson: la poeta que vivió en las sombras
14 / 05 / 2024

Emily Dickinson: la poeta que vivió en las sombras


Por Lorena Rojas Sarmiento
Lorena Rojas Sarmiento
14 / 05 / 2024
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Emily Dickinson nació el 10 de diciembre de 1830 en Amherst, Massachusetts, en una familia privilegiada y tuvo acceso a una educación de primera, aunque gran parte de su vida la dedicó a escribir poesía y es una de las poetas estadounidenses más destacadas de la historia, solamente se publicaron seis poemas mientras que estaba viva, el resto de su legado fue póstumo. 

Su padre, Edward Dickinson, fue abogado, miembro del Congreso y tesorero del Amherst College, su madre se dedicó al cuidado de sus tres hijos: Austin, el mayor, Emily y Lavina, la más pequeña. Cuando el colegio Amherst comenzó a aceptar mujeres, de inmediato sus padres registraron a Emily para que recibiera educación de primera.

Allí estudió biología, matemáticas, floricultura, literatura, religión, griego, latín, horticultura y jardinería. Rápidamente la naturaleza se convirtió en una de sus grandes pasiones y así quedó plasmado en sus poemas. De hecho tuvo su propio herbario y le ponía a las plantas el nombre en latín. 

Emily Dickinson amaba aprender, así que aparte de lo que profundizaba por su cuenta lo que veía en el colegio, se aprendió el nombre de todas las constelaciones y estrellas, así como de innumerables plantas. 

También recibió una rígida educación calvinista en el Seminario Femenino de Mount Holyoke, si bien se destacó por su desempeño académico, dejó claro que no le interesaba seguir en el camino religioso. Tras un problema de salud regresó a su casa y dejó los estudios presenciales. 

¿La poeta ermitaña?

Al regresar a casa Emily Dickinson se amañó demasiado, amaba compartir con su hermana menor Lavinia, quien siempre apoyó su talento para escribir. 

Los días de la poeta consistían en escribir, disfrutar de la naturaleza con su herbario, pasear a su perro Carlo, asistir a funciones y exposiciones benéficas y aunque no era tan sociable, si asistía a varias celebraciones que hacían en la casa de al lado, donde vivía su hermano menor Austin con su amiga de infancia Susan Huntington, quien también era la esposa de Austin. 

Cuando cumplió 50 años la poeta dejó de ver a sus amigos y conocidos y usualmente se la pasaba en su cuarto escribiendo, además tomó la costumbre de vestirse solamente de blanco y así lo hizo hasta el día de su muerte, el 15 de mayo de 1886.

Aunque se negaba a publicarla se obsesionó con su creación poética, y en aquel tiempo de confinamiento en su habitación creó la obra que la hizo inmortal. Su última carta se tituló “me llaman” y hacía referencia a la muerte.

¿Quién publicó los poemas de Emily Dickinson?

Mientras estuvo viva solamente se publicaron seis poemas de su autoría, aunque se cree que sin su consentimiento. Los primeros cuatro salieron en el diario local, que era dirigido por Samuel Bowles, un amigo de Emily; el quinto, titulado The Snake se dio a conocer en contra de su voluntad en el diario The Springfield Republican, y el último hizo parte de la antología Una mascarada de poetas que fue publicada por Hellen Hunt Jackson en 1878, pero apareció de forma anónima. 

Tras su muerte, su hermana Lavinia se convirtió en su primera editora, ya que recopiló toda la obra de Emily, en un baúl encontró cientos de escritos, en trozos de periódicos, sobres y pequeños papeles, para completar un total de 1.789 poemas. A pesar de que Emily le pidió a su hermana que quemara toda su obra, ella hizo caso omiso y la publicó. 

“La poeta lírica más memorable de Estados Unidos había vivido y muerto en el anonimato”, dijo Lavina con respecto a Emily.

Emily Dickinson

 

Pionera del lenguaje 

Emily siempre estuvo rodeada de personas muy cultas, de hecho se relacionaba con muchos hombres mayores a quienes les pedía consejos sobre sus poemas. Uno de ellos fue Thomas Wentworth Higginson, en las cartas que se encontraron ella siempre se dirigió a él como maestro. Sin embargo, era reacia a aceptar los cambios y en gran medida por eso quiso mantener su obra para sí misma. 

Uno de los aspectos más destacados de su poesía es el uso innovador del lenguaje, experimentaba con la forma, la rima y la métrica, creó un estilo único que la diferenciaba de otros poetas de su época. Incluso utilizaba mayúsculas y puntuación no convencional para darle mayor énfasis a sus palabras y crear un ritmo particular. 

Afortunadamente para el mundo de la poesía Emily no siguió las correcciones que le hacían sobre su obra, ya que al desafiar las normas logró crear una poesía original y significativa, la cual sigue ofreciendo una visión densa y profunda sobre la condición humana así hayan pasado décadas

Un legado infinito 

A pesar de que la obra de Emily no fue reconocida en vida si ha tenido una gran influencia en la literatura a nivel mundial, ha sido la inspiración de poetas, escritores y artistas. De hecho es considerada como una de las poetas más importantes de todos los tiempos, su obra ha sido traducida a numerosos idiomas, y sigue siendo objeto de estudio en universidades. 

Además de los poemas, también escribió una gran cantidad de cartas a sus familiares y amigos, gracias a ellas se ha conocido más sobre detalles personales y sus pensamientos sobre diversos temas. Incluso, se dice que a través de estas cartas se describió el romance que mantuvo con su amiga y cuñada Susan Gilbert. 

Ambas estudiaron en el colegio Amherst y aunque vivían al lado se escribían cartas constantemente, de hecho, entre las pocas personas a las que Emily le mostró parte de su obra está Susan. 

Algunos poemas que le escribió se titulan “Una Hermana tengo en nuestra casa”, “Noches salvajes” y “Poseer una Susan mía / es de por sí una dicha”.

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