La Feria de las Flores cada año, viste a Medellín de flores, música y alegría para celebrar esta, una de sus tradiciones más emblemáticos. Más que un festival, es una cita con la historia, la identidad y la creatividad de la cultura paisa, donde la tradición de los silleteros ocupa un lugar central y conmovedor.

Feria de las Flores: un origen humilde y lleno de significado
La primera Feria de las Flores se celebró en 1957, organizada por Arturo Uribe Arango, entonces miembro de la Oficina de Turismo de Medellín, con el propósito de rendir homenaje a los floricultores de la región y mostrar la riqueza natural de Antioquia. Aquella primera edición contó con solo 40 silleteros, quienes desfilaron por las calles cargando a sus espaldas coloridas silletas repletas de flores.
Pero la tradición es mucho más antigua. La silleta tiene su origen en la época colonial, cuando campesinos de Santa Elena, un corregimiento montañoso de Medellín, utilizaban estructuras de madera en la espalda para transportar flores, alimentos e incluso personas por los caminos empinados. Con el tiempo, ese elemento de trabajo se transformó en un lienzo floral, símbolo de orgullo y arte campesino.
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La magia de la silleta
Existen varios tipos de silletas: la tradicional, que conserva el estilo utilitario original; la emblemática, que forma figuras y mensajes; la monumental, con elaborados diseños de gran tamaño; y la artística, donde los silleteros dan rienda suelta a la creatividad. Cada arreglo puede contener hasta 80 variedades de flores, todas cultivadas y seleccionadas con paciencia y dedicación.

El desfile de silleteros es el corazón de la Feria. Allí, hombres, mujeres, jóvenes y niños de familias silleteras muestran con orgullo su trabajo, transmitiendo una tradición que ha pasado de generación en generación. En 2015, esta manifestación fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, reconociendo su valor histórico y social.
Más que flores: identidad y comunidad
La Feria de las Flores no es solo un espectáculo visual; es un encuentro donde Medellín reafirma su identidad. Durante varios días, la ciudad vive conciertos, exposiciones, muestras gastronómicas, eventos deportivos y actividades comunitarias que celebran la alegría, el trabajo y la hospitalidad paisa.
Además, esta festividad genera un impacto económico y turístico enorme, atrayendo visitantes de todo el mundo y fortaleciendo la industria cultural y creativa de la región.
Curiosidades que encantan
- La Feria siempre se realiza a inicios de agosto, coincidiendo con la temporada de cosecha de flores.
- Un silletero puede cargar en su espalda hasta 70 kilos de flores y estructuras.
- La tradición silletera se concentra especialmente en Santa Elena, donde muchas familias han vivido de la floricultura por más de un siglo.
La frase “¡Soy silletero!” es un grito de orgullo que expresa amor por la tierra, la historia y la cultura paisa. La Feria de las Flores es, en definitiva, un homenaje vivo a la memoria, la creatividad y el trabajo campesino. Cada silleta que recorre las calles de Medellín es un recordatorio de que la cultura florece cuando se cuida, se comparte y se celebra.