La televisión en Colombia se acerca a sus primeros setenta años. Pese a que desde 1930 las cadenas estadounidenses NBC y CBS transmitieron por primera vez imágenes televisadas, fue hasta el domingo 13 de junio de 1954 que tuvo lugar la primera transmisión de televisión en Colombia.
Con 24 años de rezago en comparación con los Estados Unidos, las primeras imágenes de televisión colombiana fueron transmitidas desde el Palacio de San Carlos, ubicado en el centro histórico de Bogotá, en un avance impulsado por el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla.
Aquella transmisión se hizo a las 7 p.m., en blanco y negro, con equipos de transmisión alemanes y cámaras estadounidenses. Estados Unidos, Alemania y Cuba fueron algunos de los países determinantes para la consecución de los recursos físicos y humanos, de acuerdo al archivo audiovisual de Señal Memoria.
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En aquel momento, los contados hogares que contaban con el aparato de tubos de rayos catódicos, presenciaron la primera transmisión oficial de un Gobierno colombiano en boca de Rojas Pinilla. Posteriormente se presentaron noticias, música clásica, una adaptación del cuento El niño del pantano, entre otros contenidos televisivos.
Y con dicha transmisión se hizo la génesis de la televisión en el país, una tecnología de comunicación que aportaría al desarrollo del país desde diferentes frentes.
Aquellas transmisiones, que al principio se limitaron a obras de teatro televisadas y programas musicales, fueron convirtiéndose en programas de ficción e informativos que contaban el estado de las cosas en el país y el mundo, hasta que con el tiempo, la creatividad empezó a aflorar en los realizadores locales y se empezaron a hacer producciones televisivas inspiradas en la literatura latinoamericana.
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La revolución de la televisión en Colombia
La televisión abrió un amplio campo de encuentro entre los colombianos, así como un espacio de educación popular y divulgación cultural para la ciudadanía. Según ha registrado Señal Memoria, en 1954 más de la mitad de la población rural era analfabeta y muchos ciudadanos desertaban antes de acabar el colegio, mientras que pocos se graduaban de la universidad, por lo que la televisión sería una forma de llegar a las masas e impulsar un desarrollo educativo.
Adaptando la experiencia del país con iniciativas como Radio Sutatenza, la televisión adaptó su dimensión visual y aportó a la alfabetización de Colombia que se convertiría en una revolución de unión y educación del público.
Así, la televisión aportó a consolidar relatos cohesionados de nación, y frente al analfabetismo generalizado aportó en la enseñanza de la lectura, acercó a la ciudadanía al arte, en momentos donde el acceso al arte era aún más precario que en la actualidad. Así, la televisión fue una fuente de divulgación de música, teatro y cine en lugares donde antes eso parecía imposible.
Pronto los grandes acontecimientos del mundo llegaban a más y más lugares dentro del territorio a través de la televisión. Por ejemplo, en 1969, el acontecimiento televisivo fue la transmisión de la llegada de la humanidad a la luna.
Con el tiempo la televisión en Colombia fue llegando de más y diversas maneras a los hogares del país, por ejemplo a través de las televisoras regionales. Primero fue Teleantioquia en 1985, y luego Telacaribe en 1986, Telepacífico en 1988, Telecafé en 1992, y Teveandina 1988, hoy conocida como Canal 13.
Más adelante el país vería nacer canales locales como Canal Capital, Televisión Regional del Oriente y Teleislas, entre otros, hasta convertirse, como es en la actualidad, un medio de comunicación masivo que hace parte integral de la conexión entre los ciudadanos y ciudadanas del país.
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