María José Uribe
24 / 03 / 2017

“Cuando me retire no quiero jugar más golf”: María José Uribe


Por Señal Colombia
Señal Colombia
24 / 03 / 2017
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Si usted cruza un par de palabras con María José Uribe puede que se lleve la impresión de que es una persona seria, cortante e incluso malgeniada. Ella está acostumbrada, pues su acento fuerte y seco se presta para eso.

Es santandereana, nació en una tierra en la que la entonación golpeada puede herir susceptibilidades. Sin embargo, cuando la conversación va más allá hay una mujer dulce, alegre y amable, obviamente, todo a su manera.

Con 17 años, Uribe se consagró como aficionada en el United States Women's Amateur Golf Championship, logrando ser la única latinoamericana en conseguir ese título.

En el 2008 participó por primera vez en el Abierto de los Estados Unidos Femenino (golf), donde consiguió la décima posición y ganó el premio a mejor aficionada.

Posteriormente, en 2009, inició su carrera como profesional, con lo cual pudo participar en eventos como el Campeonato Evian 2014, en el cual terminó en la décima posición.

Representando a Colombia, Uribe logró la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 2015 y la medalla de plata en los Juegos Suramericanos de 2014.

Señal Colombia Deportes habló con la mejor golfista colombiana del momento y quien demostró que sí es posible estar en lo más alto del LPGA Tour.

Señal Colombia Deportes: ¿Es verdad que la mayor parte del año viaja sola?

María José Uribe: Sí. A veces mis papás y mi esposo se turnan para acompañarme pero es complicado cuadrar la agenda de todos y más cuando los torneos son en diferentes partes del mundo. Me gusta mucho tenerlos a mi lado pero cuando no se puede pues no se puede. Me he acostumbrado a ser bastante independiente en mis cosas y no le veo problema. Además siempre estoy con las demás jugadoras compartiendo.

SCD: ¿Con qué jugadora del circuito pasa más tiempo?

MU: Con la chilena Paty Echavarría.

SCD: ¿Por qué?

MU: Hemos construido una gran amistad los últimos años y nos entendemos muy bien. Ella también viaja mucho sola entonces nos hacemos compañía. Creo que el ser latinas nos ha ayudado bastante a congeniar.

SCD: El complemento entre golfista y caddy es fundamental. Háblenos de Andy…

MU: Lo conozco hace mucho tiempo. Nos hicimos muy amigos y ya en 2011 tomamos la decisión de trabajar juntos. Él es muy tranquilo, está metido en esas cosas de meditación y su espiritualidad me ha ayudado bastante, sobre todo a mantener la calma cuando juego. Sabe mucho de golf y en los momentos críticos me ayuda a tomar decisiones. Somos un gran equipo.

SCD: ¿Es cierto que si le va bien un día, desayuna lo mismo el resto de la semana?

MU. (Risas) No sólo eso. Si me fue bien con una ropa, trato de usar la misma durante el torneo. Soy una persona supersticiosa pero por el lado bueno. También llevo una medalla del divino niño en la talega. Son cositas pequeñas pero que para mí cuentan. Muchos pueden decir que son bobadas pero no.

SCD: ¿Recuerda su primer hoyo en uno?

MU: Uy, creo que fue en Ruitoque en el hoyo 17 pero no me acuerdo muy bien si fue ese porque también me viene a la mente otro que hice en Pradera en el 8.

SCD: ¿Cuál es su mayor defecto?

MU: Soy muy perfeccionista y a veces terca.

SCD: ¿Qué le saca el mal genio?

MU: La impuntualidad y la falta de sentido común. Se me sube todo a la cabeza. Además soy explosiva, digo las cosas de frente y se me esfuma lo poquito de prudente que tengo.

SCD: En el 2013 su esposo le propuso matrimonio en pleno torneo de Bahamas…

MU. Fue genial porque lo hizo mientras buceábamos. Recuerdo que cada día sólo pudimos jugar 12 hoyos porque el clima no dejó más. Se inundaba el campo cada nada y uno podía ver los delfines en medio de los hoyos. Fue algo muy curioso.

SCD: ¿Qué otra anécdota viene a su mente?

MU. Ya que me pregunta, una vez en Suráfrica, representando a Colombia, no llegaron los palos a mis compañeras y tuvimos que hacer el recorrido de práctica con los míos. Nos tocaba rotarnos en cada hoyo.

SCD: Por lo que cuenta, y a diferencia de muchos golfistas, usted no es celosa con los palos…

MU: Para nada. Lo material siempre se puede reemplazar. Además si uno puede ayudar a alguien no hay que decir que no. En eso no tengo cábalas.

SCD: ¿Es verdad que una vez la mexicana Lorena Ochoa se acercó a su mesa sólo para saludarla?

MU: Fue en mi primer US Open en 2006, cuando yo tenía 16 años. Estaba almorzando con mis papás cuando la vi llegar y quedé muda. Me saludó y me dijo que había oído muchas cosas de mí por lo que quería conocerme. Se sentó y comió con nosotros. Yo no lo podía creer, la número uno del mundo sentada a mi lado. Fue un lindo detalle.

SCD: Pocos deportistas tiene su fecha de retiro tan clara como usted (2020)…

MU: Desde muy pequeña me ha gustado tener mis metas claras, con días exactos y todo. Empecé a jugar golf a los 7 y voy a dejar los palos a los 30. Creo que 23 años son suficientes. Además coincide con los Juegos Olímpicos de Tokio. Ahí será momento de cambiar de rumbo y hacer otras cosas.

SCD: ¿Qué cosas?.

MU: Tener hijos y dedicarme a trabajar en nuevos proyectos. Una nueva vida lejos de los campos. Cuando me retire no quiero jugar más golf.

SCD: Dicen que cuando está en casa le tiene prohibido a su esposo hablar de golf ¿Es verdad?

MU: Es casi una regla sagrada. Son momentos en los que quieres hacer otras cosas como ir a cine, salir a comer, bucear, muchos planes. Todo el año hablando de golf cansa. Necesitas un respiro para mantener el equilibrio. Óscar se ha vuelto muy aficionado, está jugando cada ocho días pero sabe que cuando regreso a Bucaramanga no lo haremos.

SCD: Cambiando de tema, ¿le han preguntado alguna vez si es familiar del expresidente Uribe?

MU. Cuando era presidente me preguntaban como mínimo una vez por semana. Algunas jugadoras del circuito pensaban que yo era la sobrina. Ahora no es tan a menudo pero de vez en cuando se me acercan a indagar por él (risas).