Javier Reyes escribió anoche una nueva página en la historia de las artes marciales mixtas en Colombia. El peleador antioqueño, conocido en el octágono como “Blair”, finalizó a Justin Torres en la Dana White’s Contender Series, asegurando no solo la victoria, sino también un contrato con la UFC, la liga más importante de este deporte en el mundo.
Con su triunfo, Reyes devuelve la bandera colombiana al octágono más prestigioso del planeta, convirtiéndose en una inspiración para una nueva generación de peleadores nacionales que sueñan con llegar a la élite.

Las palabras de un sueño cumplido
Tras la victoria, emocionado y con la bandera tricolor sobre los hombros, Javier Reyes expresó:
Colombia está en la UFC otra vez, este es solo el comienzo. Esto no es solo por mí, sino por todos los que sueñan con demostrar que desde nuestro país también podemos competir con los mejores del mundo.
Sus palabras resonaron como un mensaje de esperanza para la comunidad de artes marciales mixtas en el país, que ha crecido silenciosamente en gimnasios, ligas locales y circuitos internacionales.
Lo que significa para Colombia
El ingreso de Reyes a la UFC no solo representa un logro personal, sino también un avance simbólico para los peleadores colombianos, quienes históricamente han enfrentado barreras de visibilidad, recursos y apoyo institucional. Ahora, con su nombre en el radar internacional, el camino parece abrirse para más atletas que buscan consolidarse en escenarios globales.
La presencia de Reyes en el octágono recuerda que la pasión, disciplina y resiliencia que caracterizan al deporte colombiano también tienen cabida en la jaula más competitiva del planeta. Su llegada a la UFC podría marcar el inicio de una nueva era para las MMA en el país.
Puedes leer: El abecé del Mundial Sub 20 de la FIFA que jugará Colombia
Javier Reyes: un futuro prometedor
Con apenas el inicio de su recorrido en la élite, Javier Reyes ya se perfila como un referente y embajador del talento nacional en el mundo. Su victoria ante Justin Torres no fue solo un triunfo deportivo: fue una declaración de intenciones para demostrar que en Colombia, las artes marciales mixtas tienen presente, futuro y, sobre todo, corazón.