Hasta hace menos de una década en Colombia el feminicidio fue tipificado como un delito autónomo (ley 1761 de 2015), donde se definió como el asesinato de una mujer por su condición de mujer o por motivos de su identidad de género, lo que muestra que a pesar de ser un problema agudo de la sociedad hasta hace muy poco se ha tomado en serio.
Según ha destacado ONU Mujeres Colombia, el Global Study on Homicide 2018 estimó que de las 87,000 mujeres que fueron asesinadas globalmente en 2017, más de la mitad fueron asesinadas por sus parejas o miembros familiares. Lo que quiere decir que 137 mujeres alrededor del mundo son asesinadas a diario por un miembro de su familia.
Luchar contra el feminicidio es tarea de todos y todas, pero para avanzar en esta importante tarea como sociedad debemos entender bien de qué se trata.
Por eso, de la mano de María Camila Correa Flórez, docente e investigadora de la facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, hoy traemos algunos puntos básicos sobre el feminicidio para despejar las dudas alrededor de la importancia de este concepto.
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El feminicidio en Colombia: un problema estructural de la sociedad
“El feminicidio es la muerte violenta de una mujer niña o adolescente por razones de género, es decir, que tiene un móvil de discriminación; se presenta, por ejemplo, como castigo a una mujer por no ajustarse al rol social que se le ha impuesto, o por salirse de ese rol” explicó Correa, experta en derecho penal general, derecho penal especial, derecho procesal penal, feminismo y derecho penal.
De acuerdo con la penalista, un ejemplo muy común es el feminicidio motivado por celos, cuando una pareja o una ex pareja mata a una mujer por sospechas de estar con otra persona, por estar con otra persona, o por tener un comportamiento sexual impuesto diferente al que el sistema patriarcal ha impuesto a las mujeres.
La experta asegura que es importante como sociedad comprender que cuando la muerte violenta de una mujer se da por razones de discriminación estamos hablando de feminicidio, mientras que si a una mujer es asesinada, por ejemplo, por una deuda de dinero, en medio de un robo, o atropellada en un accidente de tránsito no aplica esta distinción.
“En cambio, si es asesinada después de una agresión sexual es feminicidio por el contenido de objetivización del cuerpo femenino, así como ocurre normalmente cuando se trata de casos de violencia doméstica”, agregó la experta.
En Colombia, de acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses – INMLCF, durante el 2018 fueron asesinadas 960 mujeres en el país. 32% de esos asesinatos ocurrieron en el espacio privado (314) y al menos el 13% de estas mujeres fue presuntamente asesinada por su pareja o expareja (132).
Solamente en 2022, de acuerdo con las cifras del Observatorio Colombiano de Feminicidios, al menos 600 mujeres fueron víctimas de feminicidio, pero pese a que las cifras son alarmantes, según reportes de prensa, cerca del 90% de los casos quedan en la impunidad, debido a que no se denuncian los hechos, no se investigan o se cometen errores en las investigaciones penales llevadas a cabo.
“Hay un problema a la hora de establecer desde el comienzo en las investigaciones qué es y qué no feminicidio. La fiscalía tiene directrices al respecto, pero parece que son poco conocidas, lo cual desemboca en errores a la hora de catalogar las conductas como feminicidio”, explicó María Camila Correa.
Para ONU Mujeres Colombia, el feminicidio y la violencia feminicida son asuntos que atraviesan la organización social, y que han sido naturalizados y legitimados históricamente, lo que se traduce en la desprotección de las mujeres y las niñas ante la violencia.
Entender bien de qué se trata y adoptar medidas de prevención desde una edad temprana, así como el acceso a servicios asesoría y atención a las sobrevivientes, así como su acceso a la justicia son fundamentales para lograr cambios sociales y culturales que se traduzcan en la desaparición o al menos una verdadera reducción de las cifras alrededor del feminicidio.
Son fundamentales todos los esfuerzos que contribuyan a las transformaciones culturales que faciliten la sanción social de la violencia contra las mujeres y susciten reflexiones hacia la construcción de relaciones equitativas, en las que ser mujer no implique riesgo para la vida
ONU Mujeres Colombia
Para la experta de la Universidad del Rosario, es de vital “ importancia comprender el fenómeno para lograr un cambio social, pues las violencias contra la mujer como manifestación basada en género son basadas en discriminacion y prejuicios, y si los eliminamos desde tempranas edades llegaremos a eliminar violencias discriminatorias, entre ellas el feminicidio”.
De acuerdo con María Camila Correa, la relación que hay sobre cómo se perciben las mujeres en la sociedad en la estructura social patriarcal (con roles específicos y en inferioridad frente los hombres) genera normalización de violencias, y repercute en los feminicidios. “Muchos hombres asesinan a sus parejas por la idea de que la mujer es una propiedad”, aseguró la penalista.
Características del feminicidio
El femicidio es el asesinato de mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad de las mujeres, es decir, por el hecho de ser mujeres. El feminicidio es de esta manera, la conclusión más fatal de las violencias y la manifestación más brutal de una sociedad patriarcal, destaca ONU Mujeres.
Eso quiere decir que el feminicidio hace parte de las múltiples y complejas violencias contra las mujeres, por lo que no puede entenderse sólo como un asesinato individual, sino como la máxima expresión de la violencia de género, en la que el sometimiento a los cuerpos de las mujeres y la extinción de sus vidas tiene por objetivo mantener la discriminación y la subordinación de las mujeres.
Además, la legislación colombiana ha dispuesto que dicho delito será agravado cuando sea cometido por un servidor público, la víctima sea menor de 18 años o mayor de 60, sea cometido por varias personas, le anteceda una agresión sexual o sea perpetrado por la pareja o expareja de la víctima.
Es clave saber que quien cause la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género tiene como agravantes tener o haber tenido una relación familiar, íntima o, de convivencia con la víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo y ser perpetrador de un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial que antecedió el crimen contra ella.
El feminicidio, además, viene acompañado de otros actos agravantes, como actos de instrumentalización de género o sexual, acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones vitales y su sexualidad en aprovechamiento de las relaciones de poder ejercidas sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica, sexual, militar, política o sociocultural.