Votación electrónica
17 / 10 / 2019

¿Puede el voto electrónico cambiar la democracia?


Por Sebastián Acosta Alzate
Sebastián Acosta Alzate
17 / 10 / 2019
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El voto electrónico es una realidad en varios países del mundo. ¿Por qué en Colombia seguimos usando papel? ¿Puede la tecnología transformar la democracia?

Existen diferentes tipos de voto electrónico. Según estudios del ministerio de relaciones exteriores de España, hay cuatro tipos de voto en esta modalidad.

Urna electrónica

India, Brasil y Venezuela usan este tipo de tecnología para sus prácticas democráticas. Donde los votantes deben desplazarse a lugares asignados por el Gobierno.

Urna electrónica

De acuerdo con el ministerio español, son "máquinas de votación en las cuales el votante indica su preferencia, la cual queda registrada electrónicamente. Normalmente los datos almacenados son transferidos al centro de conteo al finalizar la votación, bien en formato físico (USB, SD, etc.) o bien vía telemática. Este tipo de urnas electrónicas pueden contener sólo botones o pantallas táctiles".

Máquinas de lectura óptica

Estados Unidos y Argentina utilizan esta tecnología para sus elecciones. En este caso, el ministerio español señala que "estas máquinas escanean papeletas previamente marcadas por el elector y realizan el recuento de votos".

Voto en Argentina

Bajo esta modalidad, las personas también deben desplazarse a su lugar de votación.

Sistema mixto

Para mayor seguridad, Bélgica utiliza tanto las urnas electrónicas como las máquinas de lectura óptica. "En este tipo de sistemas, el elector realiza su selección en una máquina de votación (generalmente pantalla táctil), la cual imprime un recuadro de papel que debe ser entonces escaneado en otro dispositivo", asegura el ministerio español.

Votar por internet

El voto electrónico a través de internet convierte la urna de votación en un elemento ubicuo, es decir, ubicado de todo lugar sin la necesidad de un lugar físico. Simplemente se necesita una conexión a internet para elegir los futuros mandatarios.

Entre los países que usan esta alternativa están Suiza, Estonia y Noruega. Para que estos votantes tengan plena tranquilidad y seguridad, los votantes pueden acercarse al ayuntamiento y reclamar un comprobante de auditoría de papel verificado. En el cual podrá contrastar el certificado en línea con el físico.

Es decir, el papel sigue siendo necesario dentro de las dinámicas electorales, claro que, a menor escala, pues solo son útiles en auditorías fiscales.

Desventajas del voto electrónico

Aunque no desplazarse físicamente y no preocuparse por el número de tarjetones que se deben imprimir para garantizar el voto de todos, se asume como ventaja el voto electrónico pues agiliza el conteo de votos e incrementa el número de personas dispuestas a votar. Algo muy necesario en tiempos de abstencionismo.

Lo cierto es que también existe una serie de desventajas con dichas tecnologías, por ejemplo, ataques informáticos (hackers), personas externas podrían saber por quién votaste, manipulación de bases de datos para inflar resultados y una gran dependencia hacia ingenieros y técnicos.

Pero también dificulta las auditorías, pues no solo son votos lo que se investigan, sino numerosos datos para determinar dónde se ejecutó el fraude.

Entre los casos más recientes y controvertidos, se encuentra el de Argentina, donde el voto electrónico que posicionó al presidente Macri, no fue aceptado por la oposición y fue catalogado de fraudulento. Hasta el momento el caso sigue en evaluación fiscal.

Estonia, caso de éxito

En 2005, Estonia fue el primer país del mundo que legalmente pudo realizar elecciones electrónicas, utilizando pruebas piloto en internet, y desde ese momento, fue nombrado como I-voting.

Es más, el voto no resulta definitivo como en el papel, si durante el tiempo estipulado de votación algún ciudadano se arrepiente de su decisión, puede cambiar su voto tantas veces lo desee hasta la hora de cierre de la jornada.

Por ejemplo, en 2009, la investigación de Abubakar Idris Usman, de la Universidad de Malasya, encontró que entre 2005 y 2015, se pasó de típicos 9.000 votantes a 176.329 en ocho elecciones consecutivas durante ese tiempo. Es más, investigaciones del diario El País de España, aseguran que a 2019 llegaron a 247.232 votantes.

Probando blockchain en Rusia

Desde 2014 el gobierno ruso viene implementando una estrategia llamada Active Citizen (ciudadanía activa), la cual busca vincular a la población de forma más óptima y segura en procesos electorales o referendos.

Fue hasta 2017 cuando pudieron hacer la primera prueba piloto de elecciones utilizando la tecnología de Blockchain.

De acuerdo con el gobierno ruso "lockchain garantiza que los datos nunca se perderán o cambiarán una vez que se hayan enviado al sistema. Nada de lo que entra en blockchain se puede modificar o eliminar. Todos los miembros del sistema conservan y actualizan una copia de estos datos".

Blockchain traduce "cadena de bloques", es decir, para hackearlo sería necesario atacar cada uno de los bloques y las copias de las bases de datos de donde se envío el voto a través de internet. Algo complicado de hacer, pues un hacker experimentado no sabría ni por dónde empezar.

El proyecto funcionó, en 2019, más de 10.000 personas emitieron su voto electrónico basado en blockchain en Moscú.

Por otro lado, este sistema también ha suscitado críticas, pues es tan impenetrable que no es posible realizar una auditoría para verificar fraude o no, en el proceso de votación.

Claro que no ha sido el único lugar del mundo en probar esta tecnología. El Estado de Virginia Occidental también lo intentó.

Teniendo en cuenta que los gobiernos están utilizando estas tecnologías para procesos electorales, han surgido empresas como Ágora, Votem, Voatz, Followmyvote y Democracy Earth, entre otras, que se encargan de prestar servicios técnológicos para votaciones electrónicas.

¿Qué sucede en Colombia?

El diario colombiano El Nuevo Siglo, tituló en una de sus publicaciones "15 años y nada del voto electrónico". La razón, según la Registraduría General de la Nación, se debe a temas presupuestales.

Votaciones en Colombia

Lo curioso del caso es que en 2004 el Congreso obligó al Gobierno a optar por el voto electrónico pero no fue posible. En 2011 se repitió la necesidad en materia de consultas populares, pero no fue acatada por la rama del poder ejecutivo, específicamente por el Ministerio de Hacienda, a quien se le ha solicitado numerosas veces, pero nunca se le han asignado recursos por dificultades fiscales.

Claro que por utilizar métodos manuales de conteo, no quiere decir que no se utilicen tecnologías para el conteo de votos. Incluso el registrador nacional, Juan Carlos Galindo Vácha, aseveró en la entrevista del diario colombiano que: "Colombia goza de un sistema que contiene muchísima tecnología en los diferentes aspectos del proceso electoral, desde preconteo, escrutinio, digitalización de los formularios electorales, la cantidad de información que estamos dando a los partidos y movimientos políticos, que es un sistema electoral muy robusto el colombiano, con una gran cantidad de seguridades y aprovechamiento de la tecnología al máximo".

Frente a esta situación, Ricardo Sotaquirá, director del programa de ingeniería informática, y Johana Fandiño, docente de ciencias políticas de la Universidad de la Sabana (ambos), aseguraron que: "La implementación del voto electrónico puede traer costos adicionales que muy probablemente disminuirán los cálculos sobre ahorros, dado que se supone que tales máquinas y su software pueden costar entre 2.000 usd y 5.000 usd por máquina y se cuenta actualmente con 100.000 mesas de votación, lo cual implicaría costos de más de un billón y medio. Las elecciones en papel siguen siendo más baratas, en total, están entre $350.000 millones y $450.000 millones cada una".