En el marco de la conmemoración de los 500 años de Santa Marta, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes entregó un reconocimiento especial a la Gobernación del Magdalena por su trabajo clave en la declaratoria de la Cumbia Tradicional del Caribe Colombiano como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.
MinCultura presente en los actos ceremoniales
El homenaje se dio con la entrega formal de la Resolución 0321 de 2024 por parte de la ministra Yannai Kadamani, como un acto simbólico que ratifica la gestión adelantada por los llamados Gobiernos del Cambio, iniciados por el exgobernador Carlos Caicedo. Bajo su liderazgo, y con la continuidad del actual mandatario Rafael Martínez, se logró avanzar en la construcción del documento de postulación y el Plan Especial de Salvaguardia (PES), que fue desarrollado junto a cultores, músicos, bailadores y sabedores populares de distintos municipios del Magdalena y departamentos vecinos.
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Este proceso fue más que un trámite institucional: fue un acto de memoria colectiva y dignificación cultural. La cumbia, ese ritmo que nació en las orillas del Caribe colombiano, fue reconocida como un símbolo nacional gracias al trabajo articulado entre el gobierno departamental, las comunidades y la Fundación José Benito Barros.
Al respecto, el gobernador del departamento, Rafael Martínez, expresó:
Esta Resolución es el cierre de un compromiso del Estado con nuestras raíces. Son estos espacios de reconocimiento los que mantienen vivas nuestras expresiones culturales. Así lo reafirmamos también en el Festival de Festivales, donde celebramos la diversidad de nuestro país y proyectamos su riqueza al mundo.”
El proceso de declaratoria se sustentó ante el Consejo Nacional de Cultura y recibió concepto favorable tras un trabajo cuidadoso de documentación, diálogo y construcción participativa con las comunidades portadoras de la tradición. Con ello, solo restaba que el Ministerio oficializara el reconocimiento, lo que finalmente se concretó con la expedición de la Resolución y este acto simbólico.
Más allá del documento, esta exaltación es una afirmación profunda del valor de la cumbia como lenguaje identitario, como herencia viva y como expresión que sigue resonando en tambores, flautas, pies descalzos y carnavales. El Magdalena, desde el corazón del Caribe, sigue marcando el compás de la historia cultural del país.