Revolución de Octubre: contexto, causas y consecuencias
Revolución de Octubre: contexto, causas y consecuencias
23 / 10 / 2025

Revolución de Octubre: el acontecimiento que transformó el rumbo del siglo XX


Por Tomás Pianeta
Tomás Pianeta
23 / 10 / 2025
Revolución de Octubre: contexto, causas y consecuencias
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La Revolución de Octubre, también conocida como Octubre Rojo o Revolución Bolchevique, marcó un punto de inflexión en la historia mundial. Ocurrida en 1917, en medio de una profunda crisis política y social en Rusia, redefinió las estructuras de poder del siglo XX.

Revolución de Octubre, representación pictórica

El contexto previo: una Rusia en crisis

A inicios del siglo XX, el Imperio ruso vivía una situación de fuerte inestabilidad. La Primera Guerra Mundial (1914–1918) había exacerbado la crisis económica y las desigualdades sociales. La población padecía escasez de alimentos, desempleo, inflación y una gran pérdida de vidas humanas en el frente.

El zar Nicolás II enfrentaba un creciente descontento popular y militar, lo que desembocó en la Revolución de Febrero de 1917, que puso fin al régimen zarista y dio paso a un gobierno provisional. Sin embargo, este nuevo gobierno no logró responder a las demandas de paz, pan y tierra que exigían los trabajadores, campesinos y soldados.

En ese contexto, los soviets (consejos de obreros y soldados) comenzaron a ganar fuerza política, y el Partido Bolchevique, liderado por Lenin, encontró en ese clima de descontento una oportunidad para promover un cambio radical.

Lenin rodeado de seguidores previo a la Revolución de Octubre.

El desarrollo de la Revolución

La Revolución de Octubre tuvo lugar el 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre según el calendario juliano vigente entonces), cuando los bolcheviques tomaron el control de los principales puntos estratégicos de Petrogrado (actual San Petersburgo), incluida la sede del gobierno provisional: el Palacio de Invierno.

El levantamiento fue relativamente breve y casi sin enfrentamientos armados. Posteriormente, los bolcheviques anunciaron la disolución del gobierno provisional y la creación del Consejo de Comisarios del Pueblo, encabezado por Lenin. Con este acto, Rusia se convirtió en el primer país en declarar un Estado basado en los principios del socialismo.

Revolución de Octubre: distintos nombres para un mismo acontecimiento

La Revolución de Octubre recibe varios nombres según las fuentes y contextos históricos. Se le conoce como Octubre Rojo, por su fecha en el calendario juliano (octubre de 1917) y por el color que identificaba al movimiento bolchevique. En otros relatos se denomina Revolución Bolchevique, aludiendo al grupo político liderado por Vladímir Ilich Uliánov (Lenin), o como Gran Revolución Socialista de Octubre, nombre adoptado por la historiografía soviética para destacar su carácter transformador dentro del proceso político ruso.

Cada denominación refleja una interpretación distinta del mismo hecho, que no solo supuso un cambio de gobierno, sino una profunda reconfiguración del orden social, económico y cultural de la época.

Consecuencias inmediatas y transformación global

Las consecuencias de la Revolución de Octubre fueron profundas y de largo alcance. En el corto plazo, Rusia se retiró de la Primera Guerra Mundial mediante el Tratado de Brest-Litovsk (1918) y entró en una prolongada guerra civil (1918–1922) entre el Ejército Rojo (bolchevique) y las fuerzas contrarrevolucionarias (Ejército Blanco).

A largo plazo, el triunfo bolchevique dio origen a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922, un nuevo modelo de organización política y económica que marcaría el curso de las relaciones internacionales durante gran parte del siglo XX, especialmente durante la Guerra Fría.

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Legado histórico y visión contemporánea 

Más de un siglo después, la Revolución de Octubre continúa siendo objeto de estudio y debate. Para la historia, representa un acontecimiento que modificó la estructura del poder mundial, impulsando movimientos sociales, políticos y culturales en diversos países.

Hoy, más allá de las ideologías, este hecho se analiza como un punto de inflexión que evidenció el impacto de las desigualdades sociales y la capacidad de transformación colectiva. Su legado perdura no solo en la política, sino también en el pensamiento económico, el arte, la literatura y las luchas por la justicia social que caracterizaron el siglo XX.