Los tiempos de la naturaleza no son semejantes al reloj humano. Como prueba de ello está la palma de cera, una majestuosa planta que puede alcanzar 70 metros de altura y tardar creciendo 50 años y otros 80 para lograr reproducirse, las que tienen éxito pueden vivir hasta 2 siglos.
Paisaje de palmas de cera en el Valle del Cocora, crédito: Wikimedia Commons
Mientras tanto, los colombianos celebramos el Bicentenario de la independencia. Es decir, mientras ellas crecieron, fueron testigos de nuestras luchas patrias y, a la vez, de la creciente amenaza de la destrucción de su ecosistema por prácticas como la ganadería y la extracción de hidrocarburos.
Es tan valiosa esta especie vegetal y tan representativa de nuestro país que existe una ley (la ley 61 de 1985), que estipula en su artículo 3: "Prohíbese la tala de la palma de cera bajo sanción penal aplicable en forma de multa, convertible en arresto, en beneficio del municipio donde se haya cometido la infracción".
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A pesar de la amenaza que vive nuestro árbol nacional, hay una historia científica y simbólica detrás de éstas palmas. Súbete con nosotros a la copa del árbol y descubre más detalles sobre nuestra parcera, la palma de cera.
La curiosidad de Humboldt y Bonpland
Antes de la Batalla de Boyacá (1819), Alexander Von Humboldt y Aimé Jacques Alexandre Bonpland, descubrieron la palma de cera en 1801. Para esa fecha, ambos científicos recorrieron varias regiones de Colombia en busca de especímenes de fauna y flora, y encontraron especial admiración por la cordillera de los Andes, mientras viajaban de Ibagué a Cartago.
"Fue a lo largo de este camino, donde Humboldt y Bonpland descubrieron las palmas de cera", aseguró Mercedes Girón Vanderhuck, en su publicación 'Bosques de Palma de cera', donde también afirmó que "Colombia es uno de los países más ricos en palmas en el mundo, con 48 géneros y 247 especies, 50 de ellas endémicas. La región andina presenta la flora de las palmas más rica en el país, con 24 géneros y 105 especies, es decir, 43% del total de especies de Colombia".
Vale la pena aclarar, según Gustavo Morales, experto en palmas del Jardín Botánico de Bogotá, "existen ocho tipos de palma de cera, una de ellas es la Ceroxylon quindiuense, y es la que se considera árbol nacional".
La palma como símbolo
De acuerdo con Fabián Sanabria, antropólogo y doctor en sociología de la Universidad Nacional de Colombia, "Son plantas que tardan mucho tiempo en descomponerse y su realización en vida tarda hasta 200 años. Simbolizan la capacidad de persistir y durar, y por ello fueron consideradas como árbol nacional de Colombia".
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Por otro lado, Santiago Díaz Piedrahita, aseguró en su texto 'Palma de cera, árbol nacional' que "la adopción de la palma de cera como emblema se debió a una propuesta de Armando Dugand, entonces director del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia y reconocido especialista en palmas, quien en julio de 1949 la propuso como tal al comité organizador del Tercer Congreso Suramericano de Botánica. Este comité estaba presidido por Enrique Pérez Arbeláez, el naturalista más destacado del siglo XX en Colombia, fundador del Herbario Nacional Colombiano y del Instituto de Ciencias Naturales y promotor de la publicación de la Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada".
Tras dicha iniciativa de Dugand, Gustavo Altamar, historiador e investigador de la Academia Colombiana de Historia, aseguró que "el gusto de las palmeras es una herencia simbólica de los siglos XIX y XX, donde se busca enaltecer valores científicos, botánicos y significar que somos diversidad biológica. Es por ello que podemos encontrar numerosas palmas, no solo de cera, alrededor de lugares patrios".
Palmetum y el Palacio de Justicia
Por otro lado, la Universidad Externado de Colombia le ha atribuido significados a esta palma de cera, pues su campus goza de numerosas plantaciones de esta especie, pero su significado esencial se debe a los juristas externadistas (profesores y exalumnos) que murieron en el palacio de justicia Alfonso Reyes Echandía, Carlos Medellín Forero, Manuel Gaona Cruz, Fabio Calderón Botero, Emiro Sandoval Huertas, Ricardo Medina Moyano, José Gnecco Correa y Darío Velásquez Gaviria. Y otros dos: Rodrigo Lara Bonilla y Enrique Low Mutra.
En honor a ellos, la universidad plantó una palma por cada uno de los juristas, en una plaza llamada Plaza de los maestros ausentes. Es por ello que entrevistamos a Natalia León, historiadora de esta universidad, quien nos contó sobre la asociación simbólica de la palma y la pasión que tenía Fernando Hinestrosa y Carlos Restrepo Piedrahita sobre esta planta.
Plaza de los maestros ausentes
Curiosamente, en esta misma institución académica, se encuentra una colección de libros raros y curiosos, donde hay un libro de 1884, llamado 'Coeleste Palmetum' y que pudimos tener en nuestras manos e indagar más sobre tan preciado documento.
Al respecto, Hellman Pardo, profesional de comunicaciones y cultura de la biblioteca externadista, aseguró que "el libro 'Coeleste palmetum' es un confesionario. Incluye letanías, oraciones e instrucciones de cómo ser un buen cristiano. Se llama así debido a que se acostumbraba en tiempos antiquísimos a orar alrededor de las palmeras, más aún, en un jardín alrededor de ellas". Pardo añadió que "Coeleste palmetum significa jardín azul de las palmeras. Azul por ser el color de la rectitud y la oración".
Edición octava de 1884, autor, Wilhelni Nakateni. Título: Coeleste Palmetum
Un libro bastante raro, no solo por su edad y escritura en latín, sino porque ¿qué hace un libro tan religioso en una universidad (fundada en 1886) que profesa los valores liberales y laicos?
De todas formas, quisimos seguir indagando sobre el significado de la palabra palmetum, así que acudimos al Jardín Botánico, donde nos ayudaron a definir este término de la siguiente manera: "Palmetum es el nombre científico de Palmeto, una zona destinada a la conservación e investigación de este grupo de plantas", (palmas).
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Semilla de palma de cera
Compartimos el significado de la palabra con León y comentó analógicamente que "el Externado es un palmetum, pues aquí también se conserva y admira la palma de cera, tanto así, que algunos funcionarios portan la palma ilustrada en un botón como símbólo universitario".
Las palmas y su institucionalidad
La calle 26 en Bogotá es un templo de la palma de cera. Por ejemplo, el Centro Administrativo Nacional (CAN), las Fuerzas Militares, la Registraduría General de la Nación, la Gobernación de Cundinamarca, el Hospital de Policía de Bogotá, el Banco de la República de Colombia, el Instituto Nacional de Salud y RTVC-Sistema de Medios Públicos, tienen en sus instalaciones o muy cerca de sus fachadas, una palma de cera.
Foto de las palmas de cera en 2016. Tomada por Sebastián Acosta Alzate
Frente a este auge visual de las palmas, el Jardín Botánico de Bogotá expresó la intención de plantar estos especímenes en la Avenida Jorge Eliécer Gaitán, es decir la Calle 26 "de acuerdo con el Sistema de Información para la Gestión del arbolado Urbano (SIGAU), en la calle 26 hay 260 palmas de cera. 68 fueron contadas en el censo del arbolado realizado en entre el 2005 y el 2007. 102 fueron plantadas en el 2016, 5 en el 2017 y 85 en el 2018. La idea es que la calle 26 se convierta en un referente, donde se destaque nuestro árbol nacional".
Fotografía del 2017, tomada por el Jardín Botánico en la calle 26.
Claro que, este no es el único espacio en Bogotá. También lo es el eje ambiental, donde existen prestigiosas instituciones como la Academia Colombiana de la Lengua, Icetex, Icfes y el monumento del Templete de Bolívar.
Finalmente, y para entender el significado institucional de las palmas de cera, quisimos preguntarle al Jardín Botánico, una entidad dedicada a estos temas, qué significado le atribuye a esta especie. Nos respondieron que "la palma de cera tiene un gran significado institucional para el Jardín Botánico de Bogotá porque, además de ser nuestro árbol nacional, fueron las primeras palmas de cera en la capital como especie símbolo de Colombia. Gracias a una expedición al Alto de la Línea, Salento y el Quindío en general, realizada por nuestro fundador Enrique Pérez Arbeláez, se trajeron semillas y plántulas que estaban debajo de los bosques de palmas de cera, las plantamos en el Jardín Botánico y, hoy por hoy, hacen parte de los árboles más antiguos y altos de la entidad, representando esta especie insignia del país".
Fotografía aérea del Jardín Botánico de Bogotá, tomada por el Jardín Botánico.