El templo perdido de Cleopatra revive en las profundidades de Alejandría
01 / 10 / 2025

El templo perdido de Cleopatra revive en las profundidades de Alejandría


Por Lorena Rojas Sarmiento
Lorena Rojas Sarmiento
01 / 10 / 2025
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Luego de 30 años de excavaciones bajo las aguas del Mediterráneo, el arqueólogo submarino Franck Goddio y su equipo del Institut Européen d’Archéologie Sous-Marine han logrado uno de los descubrimientos más esperados de la arqueología egipcia: la restitución del Iseum, el templo de Isis vinculado a la legendaria Cleopatra VII, la última reina de Egipto.

El hallazgo se produce en el hundido puerto oriental de la antigua Alejandría, el Portus Magnus, y en la isla de Antirhodos, un espacio real descrito por Estrabón como propiedad privada de los Ptolomeos. Los trabajos, que comenzaron en los años noventa, ahora permiten reconstruir la forma y función de este santuario que fue, en palabras de Goddio, “el epicentro del reino de Cleopatra”.

Una joya sumergida

El templo de Isis, también conocido como Iseum, fue escenario de un culto sincrético en el que los Ptolomeos fusionaron tradiciones griegas y egipcias. Allí, Ptolomeo XII Auletes fue venerado como Neo-Osiris-Dionisios y su hija Cleopatra como Nea-Isis-Afrodita. Situado en una de las entradas de la ciudad, era lo primero que veían los marinos al llegar a Alejandría, imponiendo la presencia simbólica del poder real y divino.

Los restos hallados bajo el agua confirman la magnificencia del lugar: columnas de granito de ocho metros, estatuas monumentales, fragmentos de mosaico, frescos con pigmentos aún visibles y un tesoro de 21 medallas de plata y bronce con la efigie de los monarcas. Parte de estas estructuras se hundieron tras un terremoto en el siglo I d. C., lo que permitió su preservación, protegidas del saqueo y el desgaste del tiempo.

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Cleopatra y el esplendor de Alejandría

El descubrimiento llega en un momento de gran efervescencia arqueológica en la ciudad. En los últimos años se han desenterrado restos del Faro de Alejandría, túneles en Taposiris Magna y hallazgos en las ciudades sumergidas de Canopo y Thônis-Heracleion. Sin embargo, pocos lugares tienen una carga tan simbólica como el Iseum, directamente asociado a Cleopatra, reina que ha trascendido como mito cultural, político y cinematográfico.

“Con el hallazgo del Templo de Isis nos encontramos en el epicentro de su reino”, afirmó Damian Robinson, profesor de la Universidad de Oxford. Para los expertos, este santuario representa no solo la religiosidad de la época, sino la forma en que los Ptolomeos legitimaron su poder en medio del mestizaje heleno-egipcio que caracterizó sus casi tres siglos de reinado.

Un hito en la arqueología submarina

El trabajo de Goddio ha sido posible gracias a tecnologías geofísicas avanzadas que permitieron excavar en estratos profundos sin alterar la integridad de los restos. Sus hallazgos han quedado recogidos en la publicación The Iseum of the Royal Island of Antirhodos, editada por el Oxford Centre for Maritime Archaeology, y presentados en el reciente congreso Alexandria and the Sea.

La investigación demuestra que el templo pasó por varias fases de renovación antes de su destrucción parcial, y que incluso en época romana continuó recibiendo donaciones y nuevas decoraciones. Este proceso evidencia la importancia del santuario como centro político, espiritual y cultural.

Entre mito y realidad

Cleopatra VII, última descendiente de los Ptolomeos, ha sido recordada como la reina que desafió a Roma y cautivó a generaciones posteriores. El Iseum emerge como una pieza tangible de su historia, un recordatorio de que Alejandría fue mucho más que un mito: fue el escenario real desde donde se forjaron alianzas, se celebraron cultos y se desplegó una de las narrativas más fascinantes de la Antigüedad.

“El Templo de Isis continúa siendo excavado, y cada hallazgo abre nuevas preguntas”, explican los arqueólogos. Lo cierto es que, bajo las aguas de Alejandría, la última reina de Egipto sigue susurrando su legado entre columnas, mosaicos y medallas sumergidas que, siglos después, vuelven a la luz.