No muchos artistas pueden declarar que han llevado la cultura de un país a los escenarios internacionales por más de seis décadas de carrera. Totó la Momposina puede decirlo y con todos los honores.
Durante décadas llevó la música y las tradiciones del caribe a los escenarios nacionales e internacionales, poniendo en alto una herencia cultural que incluso hoy en día algunos sectores de Colombia se niegan a reconocer con la altura que merece.
Aunque muchos quisiéramos que no fuera así, y como reza la canción de Willie Colón junto a Héctor Lavoe, todo tiene su final. Incluso el tiempo de Totó la Momposina en los escenarios.
"Ha llegado el momento en el que esta excelsa representante de la música tradicional se retire de los escenarios", aseguró su familia y equipo de trabajo a través de las redes sociales de la artista. Por eso, en Señal Colombia hacemos un breve homenaje a su carrera recordando cómo se dio su paso por los escenarios.
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Música, academia, tradición y herencia
Bautizada como Sonia Bazanta Vides, pero conocida por el mundo como Totó la Momposina, esta artista fue criada en una familia de músicos y cultores. Su padre, percusionista y su madre "cantaora" y "bailaora", formaron su carácter artístico desde muy temprana edad.
Totó adoptó su nombre artístico debido al sonido que ella misma pronunciaba cuando golpeaba la tambora, cuando desde muy pequeña se interesó en la cultura folclórica de la costa atlántica de Colombia.
Su interés fue tal que fue recorriendo pueblos en busca de tradiciones, canciones, instrumentos y ritmos por descubrir. A sus 82 años de vida y al despedirse de los escenarios, a Totó se le recuerda por la artista que es y cuyo camino empezó cuando migró de Talaigua Nuevo, Bolívar, en la Isla de Mompox, a Bogotá.
Temprano, como parte del interés compartido por su familia por la música y el arte, su madre creó una agrupación en la que comenzó su carrera, primero bailando, luego cantando. En aquel grupo familiar Totó hacía parte de un repertorio de cumbias, bullerengues y porros, y desde allí no se detuvo hasta la fecha.
Diez años después de la creación de aquella agrupación, Totó abrió sus alas y en 1960 creó su propia agrupación.
En la actualidad, ya no se considera a sí misma tan sólo una maestra del folclor, sino también una consejera sobre bullerengues, cumbias, garabatos, chalupas, guarachas, entre otros ritmos tradicionales vivos en Colombia.
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Totó la Momposina en entrevista con Mario Jursich en Culturama.
Totó la Momposina: una vida dedicada a la cultura
Totó nació en 1940, en Talaigua, Bolívar, un pueblo situado en la isla de Mompós que fue uno de los principales centros de la colonización española y en el que, por eso mismo, hay población indígena, negra y blanca. La riqueza cultural allí se respira.
Hoy es considerada una de las exponentes irremplazables en su quehacer artístico por los especialistas en música del mundo, y ha sido celebrada por la vitalidad y espontaneidad que muestra en sus presentaciones.
Su discografía incluye éxitos como La candela viva, Yo me llamo cumbia, El pescador y Prende la vela, y ha participado en colaboraciones junto a figuras internacionales como la chilena Mariana Montalvo, el grupo puertorriqueño Calle 13, la brasileña Belô Velloso, el argentino Víctor Heredia o el guajiro Jorge Celedón.
Pero Totó la Momposina no es una persona cuya producción como ser humano se ha limitado a la danza y el canto, pues su carrera se ha visto marcada por ser antropóloga empírica y académica de la música.
Joven, Totó se radicó en Francia durante unos años, realizando estudios en la Universidad de la Sorbonne en historia de la danza, coreografía y ritmo, y organización de espectáculos, lo que le abrió las puertas para empezar a presentarse en Europa. Precisamente, grabó su primer álbum Totó La Momposina y Sus Tambores, La Colombie durante aquel período en París.
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Uno de los más grandes hitos de su carrera se dio en 1982, hace cuarenta años, cuando cantó Soledad durante la entrega del Premio Nobel de Literatura para acompañar a Gabriel García Márquez en Suecia.
Desde aquella época ya era habitual en su agenda los viajes internacionales, pero en la década de 1990 su fama mundial se consolidó cuando realizó la gira WOMAD en tres continentes, con la cual hizo el lanzamiento de La Candela Viva, así como otros lanzamientos como el de los álbumes Carmelina (1996) y Pacantó (1999).
Hasta el día de hoy es tal vez una de las artistas atlanticenses con más reconocimientos internacionales por su trayectoria.
Ha recibido galardones como el premio Womex (2006), el Premio Vida y Obra por sus 50 años de carrera artística, tradición y costumbres, del Ministerio de Cultura (2011), y el Premio Grammy a la Excelencia Musical (2013), así como el prestigioso Congo de Oro del Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla en dos ocasiones, entre otros reconocimientos.
Totó la Momposina es única, y quienes tuvimos la suerte de verla actuar en vivo mantendremos el recuerdo de su talento en nuestra memoria y en nuestros corazones por todo aquello que significa su presencia humana y artística para la historia de Colombia.
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