El 26 de septiembre de 1969 se lanzó uno de los discos más importantes en la historia de la música: Abbey Road. Medio siglo después, este álbum sigue siendo un clásico atemporal, no solo porque fue el último álbum que grabó The Beatles, sino por su icónica portada, la cual se ha convertido en un clásico de la cultura pop donde vemos a los cuatro integrantes cruzando un paso de cebra en Londres.
Abbey Road The Beatles: el álbum que marcó el final de una era
Si bien Let it be (1970) se publicó después, en realidad fue Abbey Road el último álbum que grabaron los cuatro juntos. En aquel momento la banda estaba pasando por un momento de crisis, ya que había constantes disputas internas, Apple Corps estaba colapsando y la llegada del mánager Allen Klein no fue del todo satisfactoria para todos los miembros.
Sin embargo, los cuatro decidieron hacer un último álbum, una obra impecable que sigue inspirando artistas en la actualidad. Contó con la producción de George Martin y con toda la innovación técnica que tenían en aquel entonces los estudios EMI.
Las sesiones de grabación comenzaron en febrero de 1969 con la canción I want you (she’s so heavy) y se extendieron hasta agosto. Durante este periodo nacieron algunos clásicos de The Beatles como Come Together, Something y Here comes the sun, la cual fue compuesta por George Harrison como una forma de alivianar tensiones frente al ambiente que se vivía en la oficina de Apple.
Para la grabación de este álbum la banda estrenó un mezclador TG Mk l de ocho pistas que les permitió experimentar con capas sonoras y arreglos ambiciosos.
En un comienzo el disco se iba a llamar Everest y la foto de portada se iba a tomar en el Monte Everest, pero ninguno quería viajar a Nepal, así que según cuentan, cuando preguntaron ¿en dónde se iba a tomar la foto? Paul McCartney respondió: “en la calle del frente”.
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Una foto que se volvió mito
El 8 de agosto de 1969, bajo el sol londinense, los cuatro Beatles salieron de los estudios y caminaron varias veces por el paso peatonal de Abbey Road. El fotógrafo Iain Macmillan, estaba subido a una escalera en medio de la calle mientras que un policía controlaba el tráfico, hizo seis disparos en apenas diez minutos. La quinta foto fue la elegida porque John, Ringo, Paul y George estaban avanzando en perfecta sincronía.
La portada fue diseñada por John Kosh, director creativo de Apple Records, y rompió moldes, ya que es el único disco británico de The Beatles que no incluye el nombre de la banda en la carátula.
Paul decidió caminar descalzo porque hacía mucho calor, pero esto desató una ola de teorías conspirativas, ya que los fans que creían en la supuesta “muerte” de McCartney vieron en la foto un cortejo fúnebre: Lennon vestido de blanco como sacerdote, Ringo de negro como doliente, Harrison en jeans como sepulturero y Paul, descalzo, como el difunto. Incluso la matrícula del Volkswagen estacionado —LMW 28IF— fue interpretada como “Linda McCartney Weeps” y “28 if”: Paul tendría 28 “si viviera”.
Abbey Road, un legado que no muere
El álbum fue un éxito inmediato: número uno en el Reino Unido y en Estados Unidos, donde permaneció en la cima durante once semanas, compitiendo con Led Zeppelin II.
Hoy, miles de turistas cruzan cada año ese mismo paso de cebra en Londres, intentando imitar la foto que convirtió una simple calle en monumento cultural. Y medio siglo después, Abbey Road sigue siendo un testamento sonoro y visual del poder de The Beatles, una banda que, incluso en medio de la ruptura, creó una obra maestra eterna.