Mon Laferte presenta ‘Femme Fatale’, su álbum más arriesgado y sofisticado
27 / 10 / 2025

Mon Laferte presenta ‘Femme Fatale’, su álbum más arriesgado y sofisticado


Por Lorena Rojas Sarmiento
Lorena Rojas Sarmiento
27 / 10 / 2025
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La artista chileno-mexicana Mon Laferte presenta Femme Fatale (2025), su noveno trabajo discográfico, una producción intensa, poética y feminista. En total son 14 canciones donde el pop alternativo, el jazz, el boleto y el swing convergen en un universo sonoro que atraviesa la melancolía, el deseo y el poder.  

Es el disco más arriesgado, cinematográfico y sofisticado de su carrera, un retrato sobre una mujer que ha aprendido a aceptarse a sí misma con sus luces y sombras.  

Mon Laferte Femme Fatale

Tras incursionar en el teatro musical con Cabaret, Mon Laferte parece haber encontrado una nueva forma de expresarse a través de la música y es el de la femme fatale contemporánea, una figura seductora, peligrosa, libre y contradictoria, la cual atraviesa todo el álbum como una mujer que se despoja del deber de agradar y convierte su vulnerabilidad en poder.  

“Peligrosa, hermosa, seductora y segura de sí misma”, así es como la artista describe a la femme fatale que protagoniza este disco, un álbum oscuro elegante y visceral, que explora el deseo, la culpa, la pérdida y la reconciliación con una misma.

Jazz, swing y bolero: el sonido del misterio

En Femme Fatale (2025), Mon Laferte se atreve a ir más allá de la canción tradicional para crear atmósferas que remiten a un club nocturno en los años 40, con humo, metales y copas vacías.

Las armonías del jazz y el swing envuelven letras densas y contemporáneas, donde el amor y la soledad se narran con crudeza y belleza.

Hay experimentación y riesgo, por ejemplo, en 1:30 coquetea con el spoken word y el jazz libre; en Veracruz incorpora autotune como un guiño moderno a la nostalgia; y en Vida Normal, la canción que cierra el disco, convierte la rutina, café, cigarrillos, pastillas, cansancio, en una radiografía emocional.

El sonido de este álbum es una fusión maestra entre lo clásico y lo contemporáneo, con arreglos sobrios, cuerdas, vientos y una producción impecable a cargo de Mon Laferte y Manu Jalil. Cada instrumento parece tener vida propia, acompañando el fraseo melancólico de la artista con precisión de jazz y libertad de bolero.

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Colaboraciones que dialogan con la emoción

En este viaje sonoro llamado Femme Fatale (2025) Mon Laferte no está sola, cuenta también con destacadas colaboraciones como Nathy Peluso en La Tirana, donde le hacen un homenaje a La Lupe con una versión teatral, furiosa y sensual.

La agrupación argentina Conociendo Rusia hace parte de Esto es amor, una canción con tintes pop, el brasilero Tiago Iorc hace parte de Hasta que nos despierte la soledad y el cierre está a cargo de un trío poderoso: Natalia Lafourcade, Silvana Estrada y por supuesto Mon Laferte con My one and only love.  

Una poética del deseo y la vulnerabilidad

Las letras de Femme Fatale (2025) son introspectivas, viscerales y existencialistas. Hablan de la contradicción entre el control y la entrega, de la belleza en el dolor, del deseo como fuerza vital. Mon Laferte convierte lo íntimo en un gesto político: reivindica el derecho a sentirlo todo, sin culpa ni pudor.

Canciones como Femme Fatale y Veracruz son confesiones a corazón abierto. En ellas, la artista canta desde la herida, pero también desde la liberación. Hay un eco de las divas del cabaret, de Billie Holiday y Chavela Vargas, pero filtrado por la sensibilidad contemporánea de una mujer que ha vivido, amado y se ha reinventado muchas veces.

Un álbum que se escucha con las luces bajas

Femme Fatale (2025) no busca hits de radio ni playlists de moda. Es un disco para escuchar completo, sin interrupciones, con el corazón abierto y las luces bajas. El álbum es una carta de amor a la autenticidad, a la complejidad femenina y a la belleza de lo imperfecto.

Con Femme Fatale (2025) Mon Laferte reafirma su lugar como una de las creadoras más inquietas y valientes de América Latina. No teme oscurecer su sonido ni desnudarse a través de sus letras.