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18 / 11 / 2022

Día Mundial de la Televisión: 5 claves de la TV pública


Por David Jáuregui Sarmiento
David Jáuregui Sarmiento
18 / 11 / 2022
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Desde 1996 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó para cada 21 de noviembre el Día Mundial de la Televisión, una fecha con la cual reconoce la televisión como una herramienta importante de orientación, canalización y movilización de la opinión pública.

El impacto de esta tecnología de comunicación en los asuntos políticos y sociales se hizo evidente, y pronto se comprendió también la importancia de la televisión pública y el papel que debía cumplir en las sociedades más allá de lo que quisiera o pudiera ofrecer la televisión privada.

Con el paso de los años se entendió que la televisión privada se diferencia de la pública respecto a sus obligaciones con el público, pues son los medios públicos quienes deben operar sin intereses comerciales, y son estos a quienes se les entrega la responsabilidad de llegar a todo un Estado con el compromiso de la mayor calidad posible en sus contenidos, bien sean educativos, informativos o de entretenimiento.

Por esto, te traemos hoy los 5 puntos clave de los lineamientos de la UNESCO con respecto a la TV pública de acuerdo con los informes Principios y buenas prácticas para los medios públicos en América Latina y Radiodifusión pública ¿por qué?¿cómo?.

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Los principios básicos de la misión que tiene la televisión pública

1. Universalidad

La universalidad implica que la radiodifusión pública debe estar disponible para todos y cada uno de los ciudadanos del territorio nacional. Esto lo hace igualitario y democrático, además de realmente público. Esto obliga a un medio público a dirigirse por igual a toda la población y a buscar llegar a la mayor cantidad posible de personas.

Esto, explica la UNESCO, no implica la búsqueda de alto rating en todos los horarios, como podría ocurrir en la televisión privada, sino que su programación sea accesible y de interés para toda la población. Además, no se trata únicamente de que la señal pública llegue técnicamente a todo el país, sino que el público (la ciudadanía) pueda entender y seguir la programación.

Además, la cobertura de sus servicios, que inicialmente comprendía una variante geográfica y socioeconómica, hoy también incluye la convergencia tecnológica, la cual comprende también la extensión de los servicios públicos a diferentes pantallas y dispositivos de uso de información y entretenimiento.

De esta manera, en Colombia, por ejemplo, la señal de la radiodifusión pública debe estar presente tanto en todas las ciudades del país como en todas las demás orillas, municipios, caseríos y lugares donde se encuentren habitantes colombianos en el territorio sin ninguna distinción, y debe también ser accesible desde diferentes dispositivos digitales.

2. Diversidad

El contenido de la programación de la televisión pública debe ser diverso en al menos tres sentidos: en términos de géneros (ficción, documental, serie, informativo, etc); en cuanto a la diversidad del público al que se dirige, y los temas que trata.

La radiodifusión pública debe, entonces, reflejar la diversidad de temas de interés de un público diverso, ofreciendo diferentes tipos de contenidos con diferentes niveles de profundidad y formatos que se adapten a todos los tipos posibles de públicos e intereses sociales.

La pluralidad de su contenido y la diversidad e imparcialidad de su programación, además, debe abstenerse de promover una posición determinada, sino buscar que sus contenidos toquen todos los temas y visiones para que el público se forme su propia opinión basados en suficiente información de calidad.

Para lograr dicho principio, explica la UNESCO, es importante tomar en consideración los elementos culturales, lingüísticos y sociales de las poblaciones minoritarias y otras necesidades e intereses especiales, en particular en la educación, incluyendo programas para las escuelas y producciones para los discapacitados, además de atender los intereses regionales y comunidades particulares y reflejando las regiones entre ellas.

3. Independencia

La televisión pública es un lugar donde las ideas deberían ser expresadas con libertad, donde la información, las opiniones y la crítica circulan. Esto sólo es posible si su programación está libre de presiones comerciales o influencia política.

La influencia política y las presiones comerciales tienden a generar sospechas en la credibilidad del medio por parte del público, pues es allí donde precisamente convergen las ideas y los contenidos diversos sin dichas presiones.

Esta independencia no sólo debe ser en cuanto a los contenidos y la programación, sino también en cuanto a lo financiero, pues una forma de ejercer presión sobre los medios públicos y sus funcionarios es a través de las limitaciones financieras, las cuales permiten o impiden, según sea el caso, que un medio público pueda comprometerse con la autonomía de su funcionamiento.

Con respecto a este punto, la UNESCO recomienda además contar con un marcado sentido de independencia e imparcialidad, y en caso de contar con un informativo proporcionar noticias con sólido respaldo, así como un foro para el debate público que garantice la pluralidad de opiniones y una ciudadanía bien informada.

4. Diferenciarse de otros modelos

El servicio de televisión pública debe ser fácilmente distinguible para el público en comparación con el servicio de televisión privada. 

De acuerdo con la UNESCO, no es simplemente hacer contenidos que los medios privados no están interesados en desarrollar, apuntando a audiencias que son ignoradas por ellos, sino que la televisión pública debe hacer las cosas de manera diferente sin excluir a ningún ciudadano.

Este principio, precisamente, obliga a los medios públicos a innovar constantemente, a crear nuevos espacios, géneros y formas en el mundo audiovisual y así mismo promover dichas maneras novedosas en el espectro de los medios de comunicación.

5. Calidad

La televisión pública debe ser ejemplar. De acuerdo con la UNESCO, lo ideal para un medio público es brindar alta calidad técnica y de niveles de producción, demostrando así un adecuado financiamiento e innovación y diferenciación, haciendo uso de modernos recursos televisivos para apoyar el rol en la televisión educativa.

Tal es el compromiso con la calidad que la UNESCO considera que los medios públicos deben ser entendidos dentro de la ecología cultural e informativa más allá de los medios de comunicación. 

“En esta ecología es importante considerar museos, escuelas, universidades, y bibliotecas entre otras instituciones ya que, junto con los medios son parte de la infraestructura de información pública. Los medios públicos deberían formalizar sociedades y colaboraciones puntuales con otras instituciones para la producción, diseminación y consumo de contenidos”, para así garantizar un nivel óptimo de calidad para la ciudadanía. 

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