Laszlo Krasznahorkai, "el maestro del apocalipsis" gana el Nobel de Literatura 2025
09 / 10 / 2025

Laszlo Krasznahorkai, "el maestro del apocalipsis" gana el Nobel de Literatura 2025


Por Lorena Rojas Sarmiento
Lorena Rojas Sarmiento
09 / 10 / 2025
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El escritor húngaro Laszlo Krasznahorkai fue galardonado este jueves con el Premio Nobel de Literatura 2025, en reconocimiento a una obra “fascinante y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”, según destacó el jurado de la Academia Sueca.

A los 71 años, Krasznahorkai se convierte en el segundo autor húngaro en obtener este galardón, el primero fue Imre Kertész en 2002, y consolida una trayectoria literaria marcada por la melancolía, la distopía y una escritura de largo aliento, tan obsesiva como hipnótica.

Un escritor entre el absurdo y la belleza

Nacido en Gyula, en el sureste de Hungría, Laszlo Krasznahorkai es considerado un gran escritor épico de la tradición centroeuropea, heredero de Kafka y Thomas Bernhard, pero con una voz propia que combina el absurdo con una belleza lírica y contemplativa.

Su primera novela, Tango satánico (1985), publicada en español por Acantilado, lo dio a conocer en su país y lo situó en el mapa literario europeo. La historia, una metáfora sobre la decadencia del mundo comunista narrada en un solo párrafo de doce capítulos, sigue siendo su obra más célebre.

Desde entonces, títulos como Melancolía de la resistencia (1989) y Guerra y guerra (1999) confirmaron su estilo característico: frases extensas, casi sin puntos, que examinan la realidad hasta la locura. Una prosa que, según él mismo, “intenta alcanzar lo que se escapa a la razón, ese temblor entre la desesperación y la esperanza”.

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“La amargura es mi más profunda inspiración”: Laszlo Krasznahorkai

Tras conocer la noticia, el escritor, que se encontraba en el apartamento de un amigo enfermo en Fráncfort, se mostró sorprendido y emocionado. “No lo esperaba para nada”, dijo con una sonrisa contenida. Consultado sobre su fuente de inspiración, respondió sin vacilar: “la amargura”.

“Estoy muy triste por el estado del mundo. Vivimos un periodo sombrío. Sin imaginación, la vida sería completamente diferente. Leer libros nos da más fuerza para sobrevivir a estos tiempos difíciles”, afirmó en declaraciones a la Fundación Nobel.

Entre sus influencias, mencionó a Samuel Beckett, Franz Kafka, Jimi Hendrix y la ciudad japonesa de Kioto, donde residió por temporadas. Su vida transcurre entre Viena, Trieste y Budapest, una ciudad que ama y critica con igual intensidad, especialmente por las políticas del primer ministro Viktor Orbán.

El arte como refugio ante el fin del mundo

Comparado por críticos con Beckett, Dostoievski y Gogol, fue la escritora estadounidense Susan Sontag quien lo definió como “el maestro húngaro contemporáneo del apocalipsis”. Un título que lo acompaña desde hace décadas y que cobra hoy un nuevo sentido.

Steve Sem-Sandberg, miembro del comité de la Academia Sueca, destacó su capacidad para crear “una prosa densa y sinuosa que, sin embargo, deja espacio para una gran ligereza y una belleza casi espiritual”.

El propio Laszlo Krasznahorkai lo resume así: “La literatura existe por sí misma, más allá de expectativas y modas. A quienes la leen, les ofrece una esperanza de que la belleza, la nobleza y lo sublime siguen existiendo por sí mismos”.

Una celebración íntima

Fiel a su carácter reservado, el escritor planea celebrar el Nobel con una cena sencilla entre amigos en Fráncfort, brindando con oporto y champaña. “Estoy orgulloso de usar mi lengua materna, el húngaro, para contar el mundo”, dijo con emoción.

El premio, dotado con 11 millones de coronas suecas (aproximadamente un millón de dólares), será entregado por el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia el próximo 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

Un Nobel más diverso

La Academia Sueca, que en los últimos años ha buscado mayor diversidad tras las críticas por su eurocentrismo y el movimiento #MeToo, continúa abriendo su horizonte. El año pasado, el galardón recayó en la escritora surcoreana Han Kang, la primera mujer asiática en recibirlo.

Desde 1901, solo 18 de los 122 laureados han sido mujeres, pero la Academia asegura que trabaja por un premio más global y equitativo, fiel al espíritu del arte como lenguaje universal.

Y en medio de ese mundo que el propio Laszlo Krasznahorkai define como “desbordado y sombrío”, su literatura, melancólica, rebelde y luminosa, recuerda que incluso ante el fin, la imaginación puede ser una forma de resistencia. 

© Agence France-Presse