La Unión Europea de Radiodifusión (UER) anunció que se aplaza hasta diciembre la votación para decidir si Israel participará o no en el Festival de la Canción de Eurovisión 2026.
"El Consejo decidió inscribir ese asunto en el orden del día de su Asamblea General ordinaria de invierno, que se celebrará en diciembre, en vez de organizar una sesión extraordinaria", mencionó la UER, este cambio se dio “a la luz de los recientes acontecimientos en Oriente Medio”, según afirmó la organización.
La UER aseguró que este cambio busca “facilitar una discusión abierta y presencial entre sus miembros”. Pero para varios países europeos y organizaciones humanitarias, el aplazamiento no es más que una forma de posponer una decisión moral urgente.
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Europa alza la voz: arte y derechos humanos
España, Irlanda, Islandia, Eslovenia y los Países Bajos habían anunciado previamente que no participarían en Eurovisión si Israel era admitido. Bélgica, Suecia y Finlandia también contemplaban sumarse a esta iniciativa.
Los argumentos son claros: no puede haber celebración cultural mientras persiste un genocidio televisado.
Los mismos países han recordado que Rusia fue expulsada de Eurovisión en 2022 tras invadir Ucrania, y Bielorrusia fue vetada un año antes por la represión política interna.
Por eso, estos países no están de acuerdo con mantener a Israel dentro del concurso en medio de una ofensiva que ha dejado miles de víctimas civiles en Gaza.
Desde Dublín, la radiodifusora pública RTÉ afirmó que “la música no puede ser cómplice del silencio”, mientras que artistas y ex participantes del festival firmaron una carta abierta pidiendo la exclusión inmediata de Israel y la emisora estatal KAN.
Más de 70 músicos exigieron a la UER “dejar de ofrecer una plataforma a un Estado que viola sistemáticamente el derecho internacional”.
Un alto el fuego frágil y una decisión política pendiente
El aplazamiento de la votación ocurre apenas días después del anuncio del alto el fuego entre Israel y Hamás, que permitió la liberación de los últimos 20 rehenes israelíes a cambio de mantener presos a más de 1.700 palestinos.
Según la Cruz Roja Británica, más de 2,1 millones de personas en Gaza viven hoy en condiciones de hambre extrema, y la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria confirmó la existencia de una hambruna en curso.
Debido al genocidio por parte de Israel a Palestina, varios sectores consideran que discutir la participación israelí en un festival de música sin abordar la crisis humanitaria sería ignorar la responsabilidad moral del arte en tiempos de guerra.
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La respuesta política: Eurovisión Israel entre el silencio y la incomodidad
Mientras Austria, país sede de Eurovisión 2026, lamentó los llamados al ‘boicot’, el ministro alemán de Cultura, Wolfram Weimer, calificó la posible exclusión de Israel como “una traición al espíritu del festival”.
Sin embargo, las declaraciones de apoyo a Israel contrastan con la creciente indignación de sectores culturales y públicos europeos que exigen coherencia: “Si se vetó a Rusia por invadir, ¿por qué no a Israel por bombardear hospitales?”, escribió un exdelegado de Eurovisión en sus redes.