Cuando se habla sobre drogas, suele hacerse desde una perspectiva negativa, centrándose en los daños, las adicciones, el dolor o la violencia. Pero, también hay personas que ven estas sustancias desde un punto de vista de cuidado, acompañamiento, salud mental y conexión, así lo hace la Fundación Conciencia Viva, una iniciativa que nació en 2019 con el fin de trabajar por el buen vivir y el buen morir.
“Estamos haciendo muchas cosas muy bien hechas alrededor del nacimiento, pero se nos olvida la población moribunda y todas las personas que pueden padecer angustias psicológicas, existenciales y espirituales en esos momentos tan tan desafiantes de la vida” menciona Jaime Vinasco, director de la Fundación Conciencia Viva.
Una de las sustancias sobre las que más se habla en la actualidad es la psilocibina, una sustancia, una molécula que puede ser sintética o ser una extracción natural, que es el principio activo presente en cierto tipo de hongos alucinógenos, conocidos popularmente como “hongos mágicos”.
Los psilocibios fueron prohibidos en gran parte del mundo a finales del siglo XX, pero durante la última década se han realizado diversos estudios científicos que evidencian el impacto positivo de esta sustancia en la salud mental, ya que puede ser utilizada en tratamientos para la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático e incluso acompañar a las personas en procesos al final de la vida.
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La importancia del acompañamiento terapéutico
Vale la pena aclarar que estas experiencias no son recreativas ni automedicadas, implican meses de preparación y acompañamiento psicológico, deben realizarse en un entorno seguro y legalmente protegido.
El buen morir como un derecho
Jaime explica que es una gran paradoja que seamos sociedades tanatofóbicas, que no queramos hablar de la muerte, porque no hay nada más natural que la muerte.
“Desde hace aproximadamente 200 o 300 años nos empezamos a llevar la muerte para las clínicas, institucionalizamos la muerte, cuando antes esto ocurría de forma muy humanizada, donde acompañamos a las personas en esos últimos momentos de vida. Hablar de buen morir no es ninguna otra cosa que hablar de buen vivir hasta nuestro último día” explica.
Un cambio en la narrativa
Este año, del 27 al 30 de abril, se realizó la 28ª Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños, un evento que reunió a más de mil expertos internacionales y nacionales para replantear el paradigma global sobre drogas, compartir las últimas investigaciones y debates sobre las mejores prácticas en el ámbito del consumo de drogas, la reducción de daños y los derechos humanos.
Contó con la participación de figuras como Louise Arbour (ex Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos), Shaun Shelly (de Harm Reduction International), el activista Ahmed Said, la activista trans afro brasileña Dandara Rudsan, entre otros.
El evento, que fue transmitido por Señal Colombia y Radio Nacional de Colombia, tenía como objetivo repensar la política de drogas desde los derechos humanos, la salud pública y la justicia social.