Jaime Garzón Forero se des[edía un 13 de agosto de 1999, mientras Colombia perdía a uno de sus más grandes humoristas, periodistas y defensores de la paz. Han pasado 26 años desde su asesinato, pero su voz, su risa y, sobre todo, su ingenio, siguen resonando en la memoria colectiva. Garzón fue mucho más que un comediante: fue un cronista de la realidad, un mediador en tiempos de guerra y un maestro que entendió que la risa podía ser un arma poderosa contra la indiferencia.
Una de las formas más brillantes con las que Garzón retrató el país fue a través de sus personajes, que se convirtieron en espejos de una Colombia tan absurda como entrañable. Cada uno tenía un propósito: revelar verdades incómodas, cuestionar el poder y recordarnos, con humor, que el cambio empieza por nosotros mismos.
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Heriberto de la Calle
Quizá el más querido de todos. Heriberto, el humilde embolador de la Plaza de Bolívar, entrevistaba a políticos y figuras públicas desde la sencillez de un ciudadano común. Su estilo desparpajado y sus preguntas directas lograban incomodar a más de uno, revelando contradicciones y dejando al descubierto la desconexión de los dirigentes con la realidad de la gente.
Heriberto no solo hacía reír: hacía pensar, recordándonos que la voz del pueblo es tan importante como la de cualquier salón de poder.

Godofredo Cínico Caspa
Un personaje ácido y polémico que representaba a la élite más conservadora, con opiniones radicales, exageradas y, muchas veces, políticamente incorrectas. A través de él, Garzón parodiaba los prejuicios y privilegios enquistados en ciertos sectores del poder. Godofredo era un retrato satírico de la intolerancia, pero también una invitación a reconocer y cuestionar esos discursos que se disfrazan de “verdades absolutas”.

Néstor Elí
Otro de los más queridos y recordados por el pueblo colombiano. Un empleado público algo ingenuo y conformista, que encarnaba los vicios de la burocracia: la ineficiencia, la lentitud y la falta de iniciativa. Néstor Elí reflejaba con humor el laberinto de trámites que enfrentan los ciudadanos y el modo en que la costumbre puede adormecer el sentido de servicio.

Emiro del Carmen Obregón
Un periodista de provincia que, con su estilo campechano y lenguaje coloquial, mostraba la otra cara del periodismo: la que está lejos de las grandes ciudades y que retrata la vida desde el sentir popular. Con Emiro, Garzón acercaba la pantalla a la Colombia profunda, la que rara vez tenía espacio en los medios nacionales.
Inti de la Hoz
Personaje que representaba al periodismo más desprolijo, mediocre y clasista. Aunque su carisma maquillaba los matices más cuestionables de su labor, sus comentarios demostraban su desconección con la realidad de su país y su evidente apego por las culturas extranjeras.

El legado de sus personajes
Cada uno de estos personajes era, en realidad, una radiografía del país. Jaime Garzón los usó para educar, provocar y tender puentes entre diferentes sectores de la sociedad. Su capacidad para hablar con todos, desde el embolador hasta el presidente, le permitió romper barreras y hacer del humor una herramienta de reflexión colectiva.
En esta conmemoración, no solo recordamos a Jaime Garzón, sino a ese universo de voces que creó y que, más de dos décadas después, siguen teniendo vigencia. Porque en un país que todavía enfrenta retos de paz, justicia y verdad, sus personajes nos recuerdan que la risa sigue siendo una forma de resistencia.